“Los chimpancés me enseñaron que la frontera entre humanos y animales es una ilusión”: Jane Goodall
En entrevista inédita hecha en 2024 con Vanessa de la Torre, la etóloga recoge sus aprendizajes con los chimpancés que trabajó.

“Los chimpancés me enseñaron que la frontera entre humanos y animales es una ilusión”: Jane Goodall
27:35
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Hoy en 10AM de Caracol Radio, revivimos una entrevista inédita realizada durante 2024 en Medellín por Vanessa de la Torre a la célebre etóloga y primatóloga Jane Goodall, quien falleció ayer a los 91 años. Esta conversación se convierte en un homenaje vivo a una mujer que dedicó más de seis décadas a estudiar a los chimpancés y a transformar la manera en que entendemos la relación entre los seres humanos, los animales y el planeta.
En sus respuestas, Goodall se muestra firme pero cercana, con la misma claridad con la que durante años explicó que los animales tienen emociones, vínculos y comportamientos sociales comparables a los nuestros.
Habla de esperanza, de la fuerza de los jóvenes para cambiar el mundo, de la importancia de actuar desde lo cotidiano y de la urgencia de vivir de manera ética.
Esta entrevista inédita también deja ver el costado más humano de Jane Goodall: la niña soñadora que creyó que podía ir a África, la investigadora que se enfrentó a los prejuicios de la academia, la madre que entendió la maternidad en paralelo con la vida de los chimpancés, y la mujer que nunca perdió la ternura al hablar de su perro de la infancia.

Entrevista a Jane Godall en 10AM de Caracol Radio
Reviva la entrevista a Jane Goodall aquí en 10AM de Caracol Radio
Vanessa de la Torre: Bien, Jane, después de todo este tiempo y todo el trabajo que has hecho, ¿crees que ha valido la pena?
Jane Goodall: Absolutamente. Quiero decir, acabo de llegar de esta reunión de Roots & Shoots de América Latina, y ha crecido en todo el mundo. Estamos en 70 países, jóvenes de todas las edades eligiendo y trabajando en proyectos para mejorar el mundo: uno para las personas, otro para los animales, otro para el medio ambiente. Y desde el jardín de infantes hasta la universidad, cada vez más adultos participando, cambiando el mundo.
Vanessa de la Torre: ¿Y crees que los jóvenes de hoy entienden mejor que antes el mensaje que les estás enviando o de manera diferente?
Jane Goodall: Bueno, por supuesto que entienden más porque está en las noticias, están en todas partes, no puedes ir a ningún lado sin escuchar lo que está sucediendo. Así que, por supuesto, están más conscientes.

British ethologist and primatologist Jane Goodall poses with her mascott "Mister H" during a photo session on October 18, 2024 in Paris. (Photo by JOEL SAGET / AFP) / JOEL SAGET
Vanessa de la Torre: ¿Cómo haces para mantener tu esperanza?
Jane Goodall: Bueno, mi mayor esperanza son los jóvenes. Dondequiera que vaya, una vez que conocen el problema y están capacitados para tomar acción, simplemente se arremangan y salen a plantar árboles, limpiar la basura, cambiar a padres y abuelos, convencer a sus maestros, ayudar a las personas a entender que los animales son seres sensibles y no solo pequeñas máquinas. No hay fin para lo que están haciendo.
Vanessa de la Torre: ¿Y los chimpancés son tus animales favoritos?
Jane Goodall: No. Los chimpancés se parecen mucho a las personas. Mi animal favorito es el perro. Cuando era niña, tuve la relación más increíble con un perro. Y cuando fui a la Universidad de Cambridge, después de estar con los chimpancés dos años (nunca había ido a la universidad porque no podíamos pagarla), los profesores eruditos me dijeron que lo había hecho todo mal. Según ellos, los chimpancés no deberían tener nombres, sino números, y no podía hablar de su personalidad, ni de su mente capaz de resolver problemas, ni de sus emociones. Todo eso era “exclusivo” de los humanos. Pero mi perro, Rusty, ya me había enseñado que eso era una tontería.
Vanessa de la Torre: ¿Y tienen emociones?
Jane Goodall: Bueno, no diría que todos los animales, ya que los gusanos son animales y no estoy segura de que tengan emociones. Pero, por supuesto, las tienen perros, gatos, cerdos, ratas, conejos, pájaros...
Vanessa de la Torre: Cuando pregunto sobre las emociones, quiero decir: ¿sienten amor, probablemente? ¿Soledad?
Jane Goodall: Seguramente sienten la soledad. El amor es difícil de definir, pero diría que el amor de una madre chimpancé por su hijo es el mismo que el de una madre humana. No creo que tengan el tipo de amor romántico que tenemos entre un hombre y una mujer.
Vanessa de la Torre: Y tú fuiste madre, por cierto, en África, en una época en la que los chimpancés también estaban maternando. ¿Qué diferencias o similitudes encontraste en ese proceso?
Jane Goodall: Creo que en realidad es muy similar. Lo más importante para un niño pequeño, al menos durante los primeros dos o tres años, es contar con dos o tres personas que los apoyen y que, con suerte, una sea la madre. Pero algunas mujeres no tienen ese instinto maternal, y no importa, siempre y cuando el niño tenga a alguien en quien confiar. En mi caso, cuando tenía 10 años y soñaba con África, solo mi madre me apoyaba. Todos los demás se reían. Y ya desde pequeña siempre amé los animales. Recuerdo que una vez desaparecí durante cuatro horas, esperando en un gallinero a ver cómo ponía un huevo una gallina.
Vanessa de la Torre: Jane, ¿cuántas horas podías pasar esperando que el chimpancé hiciera algo, en esos primeros acercamientos?
Jane Goodall: Cuatro meses antes de estar razonablemente cerca de ellos. Veía cosas a través de mis binoculares, pero eso no era lo que quería.
Vanessa de la Torre: Y cuando dices cerca, ¿qué significa eso? ¿Tocarlos o simplemente estar cerca, como tú y yo ahora mismo?
Jane Goodall: No, no tocarlos. Quería estar lo más cerca posible, al menos a una distancia como la de esta habitación.

Jane Goodall. Foto: Getty Images
Vanessa de la Torre: ¿Y durante esos cuatro meses qué hiciste?
Jane Goodall: Subía temprano a las montañas cada día y volvía al anochecer. Buscaba árboles con frutos, me sentaba a esperar. Encontré un pico desde donde podía ver dos valles, me quedaba allí con mis binoculares y, cuando veía un grupo, intentaba acercarme, no demasiado.
Vanessa de la Torre: ¿Y recuerdas lo que sentiste?
Jane Goodall: Sí, muy bien. Después de cuatro meses estaba empezando a sentirme desanimada, pero fue mi madre, que estaba conmigo, quien me animaba. Dos semanas después de que ella se fue, observé por primera vez a los chimpancés usando herramientas para pescar termitas. Ese fue el descubrimiento que atrajo a la National Geographic Society.
Vanessa de la Torre: Quiero saber sobre tu relación con tu madre. ¿Por qué fue tan importante en tu vida?
Jane Goodall: Porque me apoyó siempre. Nunca me dijo: “Deberías haberlo hecho mejor”. Sabía que daba lo mejor de mí. Esa relación de confianza lo fue todo.
Vanessa de la Torre: ¿Dónde conociste al Dr. Leakey?
Jane Goodall: Cuando tenía 10 años, leí sobre Tarzán y decidí que viviría en África con animales salvajes. Todos se rieron, menos mi madre. Después de trabajar como camarera para ahorrar, viajé en barco a Kenia. En un museo conocí a Louis Leakey, quien acababa de perder a su secretaria. Ese aburrido trabajo me llevó directo a donde quería estar.
Vanessa de la Torre: Y luego vino este episodio en el que te envió a África. ¿Cómo fue?
Jane Goodall: En esa época se pensaba que solo los humanos podían usar herramientas. Pero los chimpancés modificaban ramas para pescar termitas. Leakey dijo: “Tendremos que redefinir al ser humano, redefinir la herramienta, o aceptar a los chimpancés como humanos”.
Vanessa de la Torre: Vaya, y eso cambió por completo la idea de lo humano, ¿verdad?
Jane Goodall: Sí. Compartimos el 98,7% de nuestro ADN con los chimpancés. Son tan parecidos a nosotros que la ciencia tuvo que aceptar que no éramos una especie totalmente separada.
Vanessa de la Torre: ¿Y cómo era para ti, como mujer joven y sin estudios universitarios, entrar en la sociedad científica?
Jane Goodall: Leakey me eligió precisamente porque no había ido a la universidad. Quería un cerebro libre de prejuicios. Después, me consiguió una plaza para doctorarme en Cambridge.
Vanessa de la Torre: ¿Y cómo te trataban?
Jane Goodall: Al principio, me decían que lo había hecho todo mal. No me molestaba, yo sabía que tenía razón. Poco después, el cineasta Hugo van Lawick filmó mi trabajo, y esas imágenes cambiaron la percepción. Nunca tuvieron que disculparse, porque el cambio llega al corazón, no a la confrontación.

Jane Goodall. Foto: Getty Images. / Jim Dyson
Vanessa de la Torre: He visto que los chimpancés son violentos también, como los humanos. ¿Compartimos un gen violento?
Jane Goodall: Louis Leakey pensaba que venimos de un ancestro común hace seis millones de años. Esa similitud explica ciertos comportamientos. Pero nuestras guerras modernas no se comparan. Son mucho más complejas que la violencia territorial de los chimpancés.
Vanessa de la Torre: ¿Cuál es el mensaje final que te gustaría dejar en esta entrevista?
Jane Goodall: Que cada día que vivimos generamos un impacto en el planeta, y podemos elegir qué tipo de impacto será. Pregúntate: ¿qué compro?, ¿cómo fue hecho?, ¿es ético?, ¿se pagaron salarios justos?, ¿fue cruel con los animales? Si elegimos con conciencia, generaremos menos desperdicio y construiremos un mundo mejor.




