¿Un nuevo tipo de depresión? Un nuevo enfoque para diagnóstico y tratamiento
La comprensión biológica explica por qué algunos pacientes no responden a los tratamientos estándar.

Depresión silenciosa, síntomas - Getty Images / Maria Korneeva
Un equipo de investigadores de la Universidad de Emory ha descrito un subtipo específico de depresión con un origen principalmente inflamatorio, diferenciándolo de las formas clásicas del trastorno.
En esta variante, el sistema inmunológico se activa de manera anormal, generando una inflamación persistente que impacta directamente en el cerebro.
De esta manera, se altera el equilibrio y la función de neurotransmisores determinantes, como la serotonina y la dopamina, lo que repercute en el estado de ánimo y la motivación.
A diferencia de la depresión convencional, donde influyen sobre todo factores psicológicos, genéticos o bioquímicos no inflamatorios, esta forma se manifiesta con síntomas como pérdida de placer en actividades habituales, fatiga severa y lentitud en el pensamiento y los movimientos, signos que los expertos denominan como “conducta de enfermedad”.
Por su parte, el investigador Andrew H. Miller, referente en este campo, señaló que esta comprensión biológica explica por qué algunos pacientes no responden a los tratamientos estándar, y sugiere que se requieren terapias innovadoras enfocadas en modular la respuesta inflamatoria.
Sobre los biomarcadores y la personalización del tratamiento
Es importante resaltar que se identificó que los pacientes con el subtipo inflamatorio de depresión mayor presentan niveles significativamente elevados de proteína C reactiva, factor de necrosis tumoral e interleucina-6 en sangre, tejido cerebral y líquido cefalorraquídeo.
Estos biomarcadores inflamatorios actúan como señales para diferenciar a quienes probablemente no obtendrán una respuesta óptima con los antidepresivos convencionales, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Por otra parte, este grupo de pacientes podría beneficiarse más de alternativas terapéuticas como la ketamina, conocida por su rápida acción antidepresiva, o la terapia electroconvulsiva, que ha demostrado eficacia en casos resistentes.
Tenga en cuenta que la identificación temprana de estos marcadores no solo permite personalizar el tratamiento, sino también reducir el tiempo de búsqueda de una intervención efectiva.
Adicionalmente, la integración sistemática de biomarcadores en los ensayos clínicos representa un paso importante hacia el desarrollo de terapias más precisas y eficaces, marcando un avance en la psiquiatría de precisión para la depresión.
El camino hacia una psiquiatría de precisión
Andrew H. Miller y su equipo de investigación plantearon que futuros manuales diagnósticos, como el DSM-6, incorporen un especificador de inflamación dentro de la categoría de depresión mayor.
En este orden de ideas, este ajuste permitiría identificar de forma más precisa los subtipos de la enfermedad, facilitando así la personalización de los tratamientos, según la biología individual de cada paciente.
La propuesta busca ir más allá del enfoque generalista, reconociendo que no todos los casos de depresión responden a las mismas intervenciones.
Con un diagnóstico más específico, se podrían implementar terapias dirigidas que aumenten la probabilidad de éxito y reduzcan los periodos prolongados de sufrimiento asociados a tratamientos ineficaces.
El propósito final es doble: acelerar el desarrollo de estrategias terapéuticas innovadoras y mejorar los resultados clínicos para millones de personas en todo el mundo que padecen esta compleja condición.
Finalmente, cabe acotar que este enfoque no solo redefine la práctica psiquiátrica, sino que también marca un avance crucial hacia una verdadera psiquiatría de precisión, basada en la biología y no únicamente en los síntomas.



