Cayeron ‘Los Chamos’ en Pereira, hacían rituales de brujería para no ser capturados por la Policía
Esta red criminal está vinculada a hechos de extorsión, desplazamiento forzado, homicidio y tráfico de drogas, operaba en el barrio El Danubio.
Fotografía suministrada: Ejército Nacional
Esta estructura delincuencial denominada ‘Los Chamos’, y liderada, al parecer, por alias ‘Lulú’ hombre al servicio de ‘Cordillera’, según las autoridades realizaban pactos de santería y brujería a la Santa Muerte y a Ismael Sánchez, con el fin de evitar las acciones por parte de las autoridades y llevar a cabo con éxito sus planes criminales.
Confirmó el coronel Óscar Ochoa, subcomandante de la Policía Metropolitana de Pereira, que del operativo en el que se ejecutaron 11 órdenes de registro y allanamiento, y que permitió contener a este grupo criminal; fueron hechas efectivas órdenes de captura en contra de estas siete personas por delitos como extorsión agravada, desplazamiento forzado, concierto para delinquir, hurto y tentativa de homicidio.
“En compañía de nuestro Gaula militar, la Policía con una investigación de siete meses desarticuló un grupo delincuencial denominado ‘Los Chamos’. En esa operación capturamos a alias Lulú, hombre alrededor del grupo delincuencial ‘La Cordillera’, que tenía injerencia en el sector de Danubio, en el sector de Villa Santana. Estuvimos en Villasantana con un equipo de 130 hombres con una operación sigilosa muy bien planeada, llegamos a 11 viviendas con un apoyo de allanamientos por parte de la Fiscalía General de la Nación, encontramos dosis de estupefacientes, 12 USB y dispositivos electrónicos, tabletas, computadores portátiles, pero también nos llamó mucho la atención estatuillas alrededor de la santería, brujería, entre otros”, dijo el subcomandante.
Según las autoridades, estas personas, presuntamente extorsionaban a los mismos habitantes de la comuna Villasantana, y quienes no pagaban, eran amenazadas y posteriormente desplazados de sus viviendas; predios que eran usados por la organización para la venta de estupefacientes (marihuana, clorhidrato de cocaína, tucibí) y el ocultamiento de armas de fuego.
Las exigencias de los pagos semanales eran de $50.000 y $30.000, llegando a recaudar mensualmente alrededor de 20 millones de pesos.
