Excomandantes de las Farc reconocen crímenes ante víctimas en histórica audiencia en Caicedo

Antioquia

En un hecho sin precedentes para la justicia transicional en Colombia, este martes se dio inicio a la Audiencia Regional de Reconocimiento convocada por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Caicedo, Antioquia, donde siete antiguos comandantes del Bloque Noroccidental de las extintas Farc-EP aceptaron públicamente su responsabilidad por secuestros y otros crímenes cometidos durante el conflicto armado.

Frente a víctimas, autoridades judiciales y representantes de la sociedad civil, los exguerrilleros comparecieron como parte del macrocaso 01, relacionado con la toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad. El acto hace parte del compromiso asumido con los pilares del sistema de justicia transicional: verdad, justicia, reparación y no repetición.

Entre los crímenes más representativos del Bloque Noroccidental figura el secuestro y asesinato del entonces gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, y su consejero de paz, Gilberto Echeverri, en 2002. También fue este bloque el responsable de mantener en cautiverio durante ocho años al congresista Óscar Tulio Lizcano, como parte de una política de secuestro impuesta por el Secretariado de las Farc-EP. Esta contemplaba la privación de la libertad de civiles y miembros de la Fuerza Pública con fines de canje, control territorial o castigo.

Durante su periodo de mayor expansión en el año 2000, el Bloque Noroccidental llegó a tener más de 3.100 combatientes y cerca de 900 milicianos. Sin embargo, a partir de 2002, comenzó su declive debido a enfrentamientos con el Ejército, capturas, choques con grupos paramilitares y la desmovilización de centenares de guerrilleros. La pérdida de poder militar y territorial se consolidó con la firma del Acuerdo Final de Paz, que permitió la dejación de armas de 1.604 integrantes de este bloque.

Este grupo armado tuvo cuatro comandantes a lo largo de su historia: Noel Matamata (alias Efraín Guzmán), Manuel de Jesús Muñoz, José Ortiz (alias Iván Ríos) y finalmente Luis Óscar Úsuga (alias Isaías Trujillo), quien es el único sobreviviente que permanece en el proceso de paz y actualmente comparece ante la JEP. Luciano Marín, conocido como Iván Márquez, fue su coordinador ante el Secretariado, pero abandonó el proceso, se rearmó y fue expulsado de la jurisdicción.

A nivel nacional, la Sala de Reconocimiento de Verdad de la JEP ha imputado a 41 antiguos miembros de las Farc-EP por su participación directa en secuestros y otros crímenes cometidos contra miles de personas que fueron sometidas a cautiverio durante el conflicto armado.

El escenario de esta audiencia no fue elegido al azar. Caicedo es símbolo de resistencia pacífica y memoria viva del conflicto. Años atrás, sus habitantes decidieron marchar contra la violencia luego de padecer asesinatos, extorsiones, tomas armadas y el robo sistemático de sus cultivos de café. Fue en medio de esa resistencia civil que Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverri acompañaron una marcha por la paz, acción que terminó en su secuestro y posterior asesinato.

Durante la audiencia, la comunidad reiteró su llamado al Estado. El alcalde del municipio, Yuber Molina Murillo, afirmó: “Nuestros campesinos fueron instrumentalizados y terminaron siendo víctimas de un conflicto que ninguno pidió. Hoy, en nombre de todas las víctimas, debo decir con respeto, pero con firmeza: la reparación a este territorio no ha llegado. No ha habido justicia integral ni respuestas concretas. Sentimos que el Estado ha sido lento”.

La JEP destacó que Caicedo mantenga vivo el mensaje de No Violencia como una luz de esperanza para la sociedad colombiana. Esta audiencia representa un paso más en el camino hacia la verdad, la reconciliación y la dignificación de las víctimas del conflicto armado en Colombia.