¿Cómo la agricultura y paneles solares construyen futuro energético sostenible? Expertos explican
Estos avances se enfocan en ofrecer respuestas estratégicas a los desafíos energéticos y agrícolas del siglo XXI.

Vacas y paneles solares, imagen generada con IA de Canva.
En principio, es importante hablar del descubrimiento del proyecto realizado en ‘Rutgers University, New Brunswick’, que consiste en la implementación de paneles solares bifaciales verticales en terrenos agrícolas, una innovación pionera en Nueva Jersey que permite la producción simultánea de alimentos y energía solar.
Este sistema de agrofotovoltaica busca resolver un problema persistente: la competencia entre el uso de la tierra para cultivos o para granjas solares, donde los paneles convencionales inhabilitan la actividad agrícola durante su vida útil.
Según David Specca, líder del Programa de Agrofotovoltaica de Rutgers, los sistemas tradicionales excluyen la producción agrícola, mientras que el nuevo diseño permite el pastoreo de ganado, la cosecha de heno y el cultivo de alimentos. En otras palabras, en este proyecto los animales pueden pastar entre paneles, lo que permite mantener la actividad ganadera sin afectar la generación de energía.
La Dra. Becca Jones Albertus del Departamento de Energía de Estados Unidos, destaca que esta tecnología representa una oportunidad para incrementar ingresos de los agricultores y avanzar en energía limpia.
A.J. Both, experto en energía y ciencia aplicada al medio ambiente, añade que esta solución puede ayudar a reducir la huella de carbono sin afectar las 700.000 acres de tierras agrícolas activas de Nueva Jersey.
Con apoyo de instituciones como ‘American Farmland Trust’ y el Laboratorio Nacional de Energías Renovables, este proyecto de 7.4 millones de dólares busca demostrar que la agrofotovoltaica puede ser importante para lograr los ambiciosos objetivos de energía renovable en Estados Unidos, sin sacrificar la producción alimentaria y buscando marcar un precedente que impacte de manera positiva otras naciones.
¿Qué puede cambiar en el sector energético con este descubrimiento?
En primer lugar, hay un cambio de paradigma en el uso del suelo agrícola al integrar la producción energética con la actividad agropecuaria de manera armónica.
Este modelo no solo maximiza el rendimiento del terreno disponible, también redefine la relación entre sostenibilidad energética y seguridad alimentaria.
En un momento en el que existe una urgencia climática, en la que muchos territorios le apuestan a la transición energética; también hay una sobreexplotación de recursos mientras predomina la presión sobre la tierra cultivable, esta iniciativa aporta una alternativa viable para enfrentar múltiples crisis simultáneamente.
De esta forma, la Universidad Rutgers le está apostando con esta investigación a probar tecnologías como el sistema de seguimiento solar de un solo eje y evaluar su impacto en cultivos y ganado, lo que puede traducirse en modelos replicables a nivel nacional.
Christine Guhl Sadovy, presidenta de la Junta de Servicios Públicos de Nueva Jersey, destacó que este proyecto guiará políticas públicas para el desarrollo solar responsable.
Además, la colaboración con entidades como el DOE y el Laboratorio Nacional de Energías Renovables fortalece la base científica del programa y su proyección a largo plazo. Estos avances ofrecen una respuesta estratégica a los desafíos energéticos y agrícolas del siglo XXI, en busca de promover un modelo productivo resiliente, rentable y respetuoso con el entorno rural.
Consideraciones finales para resaltar
Este proyecto incluye un plan de investigación a varios años iniciado en 2024, lo que permitirá evaluar científicamente el rendimiento de distintos diseños agrofotovoltaicos.
También se han instalado sistemas en tres ubicaciones distintas, incluyendo puntos en Upper Deerfield y Pittstown, lo que facilitará comparaciones en diversos contextos agrícolas.
Tenga en cuenta que la hubo una inversión de $2.8 millones del NJBPU para desarrollar un Programa Piloto de Energía Solar de Uso Dua, con el propósito de demostrar un compromiso institucional hacia su implementación.
Finalmente, estos elementos refuerzan la posibilidad de escalar el modelo, adaptarlo a distintos cultivos y consolidarlo como política pública basada en evidencia.