¿Ancestros Vegetarianos? Estudio revela la dieta del primate ‘Australopithecus’
Con este estudio se pueden comprender mejor los cambios fisiológicos, sociales y ecológicos que acompañaron la transición hacia el consumo de carne.

Primate ‘Australopithecus’, imagen de referencia (Getty Images). / Jose A. Bernat Bacete
Un estudio publicado en ‘Science Journal’ reveló que el ‘Australopithecus’, uno de los primeros homínidos que vivió hace unos 3,5 millones de años en África, tenía una dieta principalmente vegetariana.
Por medio de una innovadora técnica que mide proporciones de isótopos de nitrógeno en dientes fosilizados, el equipo liderado por la geoquímica Tina Lüdecke del Instituto Max Planck de Química y la Universidad de Witwatersrand, demostró que estos homínidos no consumían carne regularmente.
Esto se concluyó al analizar el esmalte dental hallado en la cueva de Sterkfontein, parte del sitio arqueológico conocido como la ‘Cuna de la Humanidad’, reveló niveles bajos de nitrógeno 15, similares a los encontrados en herbívoros.
¿Por qué es importante este descubrimiento?
Hay que resaltar que el descubrimiento desafía teorías previas sobre el vínculo entre el consumo de carne, el desarrollo de herramientas y el crecimiento del cerebro en la evolución humana.
Cuando se excluye al Australopithecus como iniciador de la dieta carnívora, surge un nuevo misterio evolutivo: ¿cuándo y por qué nuestros ancestros comenzaron a incorporar la carne?
Por su parte, Alfredo Martínez García, también del Instituto Max Planck, señaló que esta técnica puede ofrecer respuestas sobre la relación entre la dieta y la evolución cerebral, marcando el inicio de una nueva etapa en la investigación evolutiva.
¿Qué puede cambiar en las comunidades de indagación tras los hallazgos encontrados?
Los hallazgos sobre la dieta vegetariana del ‘Australopithecus’ representan un avance relevante en la reconstrucción de la historia evolutiva humana, debido a que ofrecen evidencia concreta sobre los hábitos alimenticios de nuestros ancestros más antiguos.
Al identificar que estos homínidos no consumían carne como parte regular de su dieta, los científicos ahora tienen una línea de base más precisa para comparar con especies posteriores que sí lo hicieron, como ‘Homo erectus’ o ‘los neandertales’.
Con esta diferenciación se pueden comprender mejor los cambios fisiológicos, sociales y ecológicos que acompañaron la transición hacia el consumo de carne.
Adicionalmente, la importancia actual de este descubrimiento radica en cómo redefine teorías sobre la evolución del cerebro humano, el uso de herramientas y la organización social primitiva.
Asimismo, al demostrar que una dieta vegetal era suficiente para sostener a un homínido durante millones de años, también invita a reflexionar sobre el papel de la alimentación en la adaptación y supervivencia.
Con estos resultados es posible hacer énfasis en el valor de las técnicas isotópicas aplicadas a fósiles, impulsando nuevas metodologías en arqueología.
En la actualidad, las conversaciones alrededor de la sostenibilidad alimentaria cobran más valor, por lo que entender cómo nuestros ancestros prosperaron sin depender de la carne también puede influir en los debates actuales sobre salud, medioambiente y ética alimentaria.
¿Qué es importante destacar sobre este descubrimiento?
Vale la pena hacer énfasis en la relevancia del sitio arqueológico Sterkfontein, ubicado en Sudáfrica y reconocido como Patrimonio de la Humanidad.
Este territorio ha sido fundamental para recuperar los dientes fosilizados que permitieron el análisis isotópico. Del mismo modo, es relevante explorar cómo se compararon los datos del ‘Australopithecus’ con los de otros animales coetáneos, como hienas, chacales y antílopes, lo cual fortaleció las conclusiones.
Finalmente, conviene considerar la posible inclusión de fuentes animales menores, como huevos o termitas, dentro de una dieta mayoritariamente vegetal.