Trucos para limpiar la ‘coca del almuerzo’: peligros de no lavar bien sus recipientes
Es bueno implementar otras técnicas de limpieza para evitar riesgos que afecten su salud.

Recipientes sucios, imagen generada con IA de Canva.
Al no lavar adecuadamente los recipientes donde empaca su comida diariamente, puede someterse a varios riesgos para su salud, tanto en los de plástico como en los de vidrio.
En el caso de los recipientes de plástico, la acumulación de restos, de comida y humedad, favorece el crecimiento de bacterias como ‘Salmonella’ y ‘Escherichia coli’, que pueden causar intoxicaciones alimentarias.
Cabe destacar que algunos plásticos pueden retener olores y manchas, lo que indica la presencia de residuos que pueden degradarse y liberar toxinas.
Tenga en cuenta que si su recipiente ha estado en contacto con alimentos grasos o ácidos, el plástico puede deteriorarse, generando micropartículas o liberando compuestos químicos potencialmente dañinos como el bisfenol A.
Por otro lado, en los recipientes de vidrio, aunque son menos porosos y más resistentes a la contaminación química, la falta de limpieza adecuada puede permitir el desarrollo de moho y bacterias si quedan restos de comida.
Adicionalmente, un vidrio mal lavado puede presentar biofilm, una capa de microorganismos resistentes a la eliminación superficial; si su recipiente tiene grietas o astillas no detectadas por la suciedad acumulada, podría desprender fragmentos peligrosos al ingerir los alimentos.
Lo más importante es que sepa que para ambos casos, el consumo de alimentos contaminados puede derivar en infecciones gastrointestinales, intoxicaciones y problemas digestivos.
¿Qué es importante saber sobre estos riesgos casi imperceptibles?
Al ser más específicos con los biofilms en los recipientes mal lavados. Es importante decir que estas comunidades bacterianas, como Listeria monocytogenes o Pseudomonas aeruginosa, generan una capa protectora que las hace más resistentes a la limpieza superficial y a ciertos desinfectantes.
En este orden de ideas, aunque un recipiente parezca limpio, podría seguir albergando bacterias peligrosas.
Asimismo, estudios han encontrado que los recipientes reutilizados con restos de comida pueden favorecer la aparición de bacterias oportunistas, que normalmente no causan daño, pero en personas con un sistema inmunológico debilitado pueden provocar infecciones graves.
También existen microorganismos que producen toxinas termoestables, es decir, sustancias que no se eliminan con el calor al recalentar la comida; en ambientes húmedos, como los bordes de las tapas o ranuras de los recipientes, pueden proliferar hongos y levaduras, que pueden generar problemas digestivos a largo plazo.
Trucos para limpiar la su ‘coca del almuerzo’
Para garantizar una limpieza efectiva de los recipientes de comida diarios, es importante adaptar los métodos, según el material.
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Para los recipientes de plástico, evite esponjas muy abrasivas. Estas pueden rayar la superficie, lo que favorece la acumulación de bacterias. Se recomienda usar esponjas suaves y cepillos de cerdas finas.
Para eliminar olores y residuos adheridos, se recomienda sumergir en una mezcla de agua caliente, bicarbonato y vinagre blanco por al menos 30 minutos.
Tenga en cuenta que el plástico retiene humedad; es muy importante secar bien con un paño limpio antes de guardar. Además, evite agua muy caliente en plásticos no resistentes, ya que pueden deteriorar la estructura y liberar químicos indeseados.
Por otra parte, para los recipientes de vidrio, se recomienda una limpieza con agua caliente y detergente suave. El vidrio resiste mejor el calor, lo que ayuda a eliminar grasa y bacterias sin afectar su estructura.
También puede llenarlos con agua y calentarlos hasta que hiervan, para eliminar microorganismos. Es vital que sean inspeccionados con frecuencia, ya que las fisuras pueden esconder suciedad y bacterias.
Procure almacenarlos cerrados y con tapa. De esta manera, evitará la condensación y el crecimiento de hongos en la humedad residual.
Finalmente, cabe acotar que para ambos tipos deben lavarse inmediatamente, o lo más pronto posible, después de su uso para evitar la proliferación de bacterias.