¿Qué es y para qué sirve el caldo de hueso? 3 beneficios de tomar plato típico del centro del país
Este plato beneficia al cuerpo humano con el aporte de colágeno y demás nutrientes.
En tiempos de antaño, el caldo de huesos ha sido fuente de alimento y nutrición de millones de habitantes, que especialmente en el campo, consumieron este plato, una preparación que le ha aportado nutrientes, minerales, y fuentes de colágeno, que aportan mucho al cuerpo humano. Con el pasar de los años, la ingesta de esta comida ha disminuido con notoriedad, pero últimamente, muchos han optado por consumirlo.
Cabe recordar que los huesos utilizados en los cuerpos de vacas y reses, las patas de pollo, y pezuñas de cerdo contienen cantidades vitales de colágeno, proteína que se encuentra abundantemente en articulaciones, huesos, tejidos, tendones, y ligamentos. Uno de los tantos beneficios que aporta el colágeno es aportar y favorecer con la elasticidad de la piel, principalmente en las articulaciones superiores e inferiores.
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Beneficios del plato colombiano
- Prevención de enfermedades articulares: Este plato es beneficioso para evitar dolores en las articulaciones y aliviar problemas como la artritis o la artrosis. Debido a los sulfatos de condroitina y glucosamina que contiene, procedentes de los tendones y el cartílago, permiten fortalecer los huesos y tejidos del cuerpo.
- Beneficiar el aparato digestivo: La gelatina presente en los caldos de hueso favorecen a digestiones más saludables, y mejor funcionamiento intestinal.
- Fortalecimiento del sistema inmune: Además de facilitar la digestión, el caldo de huesos facilita digestiones, y repara el revestimiento intestinal. Allí se alberga más del 70% del sistema inmunológico que funciona en el cuerpo humano.
¿Cómo preparar el caldo de huesos?
- Consiga los huesos: Estos los puede obtener en una carnicería de su preferencia, o en las cadenas de supermercado de grandes superficie. Recuerde que puede escoger entre huesos de pollo, ternera, res, cerdo o pescado. Cuanto mayor sea la calidad del animal, mayor cantidad de nutrientes podrá recibir.
- Limpie y lave: Antes de comenzar con la cocción, cerciórese de limpiarlos y lavarlos bien con abundante agua, y eliminando las suciedades para quitar cualquier impureza.
- Cocina a fuego lento: Ponga los huesos dentro de una olla y agua. El nivel del agua debe tapar los huesos y verduras que puede colocar para comenzar a hervir. Prenda el fogón a fuego alto, y una vez hierva la olla, bájele al fuego para que siga cocinándose.
Para obtener la mayor concentración de nutrientes y colágeno, lo más recomendable es dejarla por un periodo de 24 horas. Si bien esto es algo complicado por la atención que se le pueda prestar a la estufa, o el gas o electricidad que se consume, puede dejar la olla sobre el fuego durante al menos cinco horas, y así lograr sacarle una cantidad importante de nutrientes a los huesos animales.
- Remueva la espuma que libera el caldo: Mientras el caldo dentro de la olla esté cocinándose a fuego bajo, es importante que retire progresivamente la espuma que va saliendo en el borde. Retirela con una cuchara para mantener el caldo limpio, y recuerde revolver el caldo en algunas ocasiones, para que todo se integre de la mejor manera.
- Cuele y almacene: Cuando el tiempo haya pasado, y el caldo esté listo, apague el fogón de la olla, y retire los huesos y verduras. Posteriormente, cuele el caldo para eliminar cualquier parte sólida, y déjela enfriar dentro de un recipiente a temperatura ambiente. Cuando el caldo esté frío, guárdalo en recipientes herméticos de vidrio, preferiblemente, dentro del refrigerador.
Cabe decir que este paso es fundamental, ya que el correcto almacenamiento y conservación permitirá que las favorables propiedades se conserven. El caldo se puede conservar en este estado hasta por 4 días, aunque si desea congelarlo para mantenerlo por más tiempo, puede usar llevarlas al congelador en bolsas o recipientes aptos.