Mujer abortó en un baño del Hospital de Cantaclaro en Montería
Las autoridades han iniciado una investigación para determinar las circunstancias del caso.
Montería
En la madrugada del domingo 27 de octubre, el Hospital de Cantaclaro, administrado por la ESE Vida Sinú, fue testigo de una serie de hechos que han generado conmoción y preocupación en la opinión pública monteriana.
Mediante un comunicado, la institución adscrita a la Secretaría de Salud Municipal, informó que una mujer de 43 años ingresó a la sala de urgencias con un fuerte dolor abdominal, atribuyéndolo a cálculos renales.
Dice el documento que los médicos actuaron con prontitud, brindándole atención oportuna y realizando el triaje correspondiente. Sin embargo, la paciente se negó a someterse a un examen físico completo, lo que limitó la capacidad de los profesionales para diagnosticar su verdadero estado.
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“A pesar de esto, el médico decidió mantenerla en observación para realizar estudios complementarios y manejar el dolor. La paciente proporcionó información sobre su última menstruación, lo que llevó al médico a descartar la posibilidad de un embarazo”, comunicó la ESE Vida Sinú.
La gerente de la institución, Liliana Yúnez Luquetta, explicó que tras recibir atención médica, la paciente ingresó a un baño del hospital, donde permaneció durante un tiempo considerable. Posteriormente, afirmó que el dolor había disminuido y se sentía mejor, lo que llevó al médico a darle el alta médica con recomendaciones para manejar el dolor y señalar signos de alarma para futuras consultas.
Pero lo que sucedió a continuación fue inesperado y perturbador. Funcionarios del área de aseo encontraron lo que parecía ser un feto en el baño. Luego se confirmó que, efectivamente, se trataba de un feto desarrollado. De inmediato, se activó el protocolo y se informó a las autoridades, quienes llegaron al lugar para investigar los hechos.
“No hubo negligencia médica”
El subdirector científico de la ESE Vida Sinú, Gilberto Soto Aguas, aclaró que no hubo negligencia médica en la atención de este caso y que la paciente ocultó información relevante sobre su estado, proporcionando datos incorrectos. La institución ha asegurado que se brindaron todos los servicios necesarios en los tiempos establecidos y se realizaron los exámenes necesarios para el diagnóstico.
El caso ahora está en manos de las autoridades competentes, quienes investigarán los hechos y determinarán la responsabilidad de la mujer involucrada. Este incidente ha generado un debate sobre la importancia de la transparencia y la honestidad en la atención médica, así como la necesidad de una comunicación efectiva entre pacientes y profesionales de la salud.