Los elefantes se dan nombres entre sí: los primeros no humanos en hacerlo
Estos animales parecen emplear etiquetas vocales distintivas al dirigirse entre sí, en lugar de limitarse a imitar las llamadas de sus congéneres
Para los seres humanos, la asignación de un nombre adquiere una relevancia significativa que abarca varias dimensiones. En términos sencillos, el nombre constituye para la mayoría de nosotros una parte esencial de lo que concebimos como nuestra identidad. Además de eso, desempeña un papel crucial en nuestra capacidad para comunicarnos y distinguirnos unos de otros.
Los humanos solemos trazar una clara línea divisoria entre nosotros y el resto del reino animal, basando esta distinción en diferencias cognitivas que nos consideran más “especiales” que nuestros congéneres. Entre estas diferencias, comúnmente consideradas exclusivas de los humanos, se encuentra la asignación de nombres personales.
No obstante, esta noción podría estar a punto de cambiar. Según una reciente investigación liderada por la Universidad Estatal de Colorado en Estados Unidos, los elefantes, al vagar por la sabana africana, podrían mantenerse en contacto con sus semejantes mediante la emisión de lo que podríamos llamar sus “nombres” individuales.
Estos “nombres”, como cabría esperar, difieren significativamente de los que los humanos nos damos. En el marco de este nuevo estudio, se sugiere que, en caso de ser un elefante, nuestro “nombre” se asemejaría más a un sonido profundo y retumbante.
Elefantes emitirían vocalizaciones específicas para los individuos
En concreto, los investigadores, en un reciente artículo publicado a finales de agosto en el servidor de preimpresiones BioRxiv, descubrieron que los elefantes africanos de sabana emitían vocalizaciones específicas para los individuos de sus grupos sociales en dos regiones de Kenia: el ecosistema de Samburu, al norte, y el Parque Nacional de Amboseli, al sur. Estas vocalizaciones parecen funcionar como etiquetas vocales, permitiendo a los elefantes identificarse entre sí, y los destinatarios responden en consecuencia.
Ayuda de la inteligencia artificial
Entre los datos recopilados, se registraron 625 llamadas, con 597 de ellas intercambiadas dentro de los grupos familiares. Utilizando un modelo informático, los investigadores identificaron 114 iniciadores únicos y 119 receptores únicos de estas llamadas, limitando el análisis a aquellas dirigidas a un elefante individual, asegurando así la identificación del receptor, es decir, el “nombre” del elefante.
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Según informó Science Alert, cuando algunos de estos sonidos fueron reproducidos a elefantes salvajes, los individuos se movieron más rápidamente hacia el sonido asociado con su propio “nombre” y también vocalizaron más rápido en respuesta.
“Hay un estruendo de contacto, hay un estruendo antidepredador, hay un estruendo de saludo. Si miras un espectrograma, todos parecen casi exactamente iguales, o exactamente iguales”, dijo a Live Science Caitlin O’Connell-Rodwell, bióloga de elefantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard que no participó en el estudio.
“Por eso la inteligencia artificial (IA) ha sido emocionante. Nos permite averiguar realmente en qué se fijan los elefantes”, agregó.
Un “nombre” con múltiples mensajes adicionales
Los científicos postulan que las vocalizaciones de los elefantes encapsulan una amplia gama de mensajes, abarcando desde indicadores de edad y sexo hasta expresiones del estado emocional. En ciertas circunstancias, estos sonidos podrían incluso superar en importancia a la designación individual que podríamos equiparar con un “nombre”.
“En lugar de constituir una llamada independiente, las etiquetas vocales de los elefantes pueden estar integradas en una llamada que transmite simultáneamente múltiples mensajes adicionales”, explican los investigadores.
“La riqueza del contenido informativo de las vocalizaciones de los elefantes dificulta la identificación de los parámetros acústicos específicos que codifican la identificación del receptor”.
Nuevas perspectivas sobre la evolución del lenguaje
Aunque la investigación aún no ha pasado por la revisión de expertos, de confirmarse los resultados, los elefantes se convertirían en el único animal no humano conocido por comunicarse mediante nombres aleatorios, sin imitar la llamada del receptor. Esto abriría nuevas perspectivas sobre la evolución del lenguaje, según los investigadores.
A pesar de que los delfines mulares tienen la capacidad de llamar a individuos específicos imitando sus característicos silbidos, los expertos sostienen que esta habilidad difiere ligeramente de la comunicación humana. Además, mientras que otros animales emiten lo que se conoce como “llamadas referenciales” para identificar objetos como depredadores o alimentos, se presume que estas vocalizaciones son de naturaleza instintiva y no implican un proceso de aprendizaje social.
Según O’Connell-Rodwell, el valor real de este trabajo radica en demostrar cómo los elefantes, a pesar de vagar por vastos paisajes, pueden mantener contacto con individuos específicos.
Ahora solo nos queda esperar a ver si, en algún momento del futuro, los expertos consiguen aprovechar los conocimientos impulsados en gran medida por programas de inteligencia artificial. Estos programas, con auténtico potencial para enriquecer nuestra comprensión de los intrincados mecanismos de comunicación animal, podrían permitir a los científicos identificar a los elefantes y, quién sabe, establecer comunicación con ellos utilizando sus particulares “nombres”.