Maruja Vieira: tres poemas comentados para recordar a la mamá grande de la poesía colombiana
En la mañana del 28 de octubre de 2023 se confirmó el deceso de la poeta, periodista y académica caldense Maruja Vieira. Era conocida como la decana de la poesía en Colombia.
“Para mí, la poesía acepta la verdad, el sentido de la vida y de las palabras. Y, ante todo, hermana los pueblos”. Así definía la esencia de la poesía Maruja Vieira, una de las poetas más importantes del último siglo en Colombia.
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Se definía a sí misma como poeta, periodista y feminista, pues le incomodaba hasta el extremo el término “poetiasa”.
Maruja, cuyo nombre de pila era María Vieira White, se ganó un lugar reconocido en el periodismo, la literatura y la academia colombiana con una obra que, en palabras de su hija, Ana Mercedes Vivas Vieira, “no es tan copiosa, pero sí está muy bien antologada”.
A sus cien años, la conocida decana de la poesía dejó la vida para quedarse a través de sus palabras. Así lo dio a conocer Vivas Vieira, quien también es poeta, en la mañana del 28 de octubre de 2023.
“La muerte en nuestra casa cumplió su fiel palabra, todo fue tan sencillo como el partir de un barco”, escribió la hija de la poeta, tomando las palabras de uno de los textosde su madre para dar a conocer la noticia.
Maruja Vieira publicó más de quince libros de poesía y múltiples artículos periodísticos y académicos. Hizo parte de instituciones tan respetadas como la Academia Colombiana de la Lengua.
Durante su vida recibió reconocimientos de la altura del Premio de Vida y Obra del Ministerio de Cultura (2012) y fue reconocida como la poeta viva más importante del país.
Esta es una selección comentada de tres poemas de Maruja Vieira, para acercarse a la vida y obra de la maestra recientemente fallecida.
El nombre de antes
No es fácil escribir
el nombre de antes.
Es como volver a un traje antiguo,
unas flores, un libro,
un espejo, amarillos por los años.
Con aquel otro nombre
era como tener entre las manos
toda la luz del aire.
Ahora vuelvo
a mi nombre de antes,
mi nombre de ceniza,
el que anduvo conmigo
por el tiempo
y por las soledades.
Pero escucho una risa
y unos pequeños pasos.
Todo no se ha perdido.
Aquí estoy otra vez,
frente a la vida,
con mi nombre de antes.
Este poema fue escrito luego de que Maruja Vieira quedara viuda, el 15 de mayo 1960. Estuvo casada durante ocho meses con el poeta, académico y diplomático José María Vivas Balcázar, pero él falleció sorpresivamente por un problema cardiaco.
Ana Mercedes Vivas, hija de la poeta, relató que su madre, al recibir la cédula de ciudadanía con el apellido de casada registrado, ya había enviudado.
Por esa razón “El nombre de antes” hace referencia a la obligación de regresar a una identidad pasada, por los azares de la vida y la muerte.
Agresiones
Defenderé tu rostro
y tu nombre
de los años
que se acumulan
como piedras rotas.
Defenderé tu voz
tus palabras
de estos largos silencios
que pesan sobre mis labios.
Defenderé tu luz
de esta sombra.
La obra poética de Maruja Vieira estuvo marcada por la lucha de la palabra contra la voracidad del olvido. En especial para recordar a quien fue el amor de su vida.
“Toda la poesía de amor que yo escriba, es para José María”, decía la poeta caldense. A través de su obra hizo un esfuerzo por recordar las personas y los lugares de sus afectos.
Para ella, la palabra poética era el mecanismo justo y necesario para no olvidar. De esa forma lo hizo en textos como “Agresiones”, en el que enfrenta con la poesía las grietas que abre el tiempo en la memoria.
Carta de Venezuela
Carta de Venezuela…
¿quién escribió mi nombre,
mientras el arcoiris y la estrella
iban por Altamira, de la mano?
En los sellos azules de la carta
vino un jirón de playa
y en el verde, un tiquete de paisaje
para viajar en aquel tren de Aragua.
(El lago de Valencia, con veintidós monedas,
le compró al tiempo todas sus tardes de verano)
Carta de Venezuela… suave fulgor de lámpara,
camino de silencio, sombra fiel de los árboles.
En la calle del sueño se abrieron los balcones
para ver la amatista que anochece en el Ávila.
Durante varios años, Maruja Vieira estuvo exiliada en Venezuela. Gilberto Vieira, su hermano, era dirigente del Partido Comunista Colombiano. Tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, empezó la persecución.
Maruja tuvo que salir del país y se quedó en Venezuela. Allí inició una destacada carrera en la prensa escrita y la radio venezolana. Con el tiempo se convirtió en una de las voces más conocidas de la prensa en ese país.
Años más tarde regresó a Colombia y en las celebraciones por su retorno conoció a José María Vivas Balcázar, su esposo, sobre quien había escrito en Venezuela, aún sin conocerlo.
Si bien Manizales era uno de los eternos amores de Maruja Vieira, siempre profesó un cariño y gratitud especial hacia Venezuela, país al que recordaba a través de su poesía.