¿Es verdad que el ADN de los pulpos no es de este planeta?

Los pulpos son considerados como los invertebrados más inteligentes de la Tierra. Según científicos, cuentan con habilidades intelectuales y motoras, que han fascinado a los investigadores, porque además estar equipados con ocho brazos cubiertos de ventosas, su cerebro funciona de una forma muy similar a la de los humanos.

Sus ojos, según estudios realizados a lo largo de la historia, son capaces de mirar fijamente, poseen tres corazones, una red nerviosa enorme y su piel cambia de color dependiendo de la cantidad de luz que hay en su alrededor, pero también cuando duermen.

Un informe publicado en la revista Cell afirma que, antes de llevarse su alimento a la boca, el pulpo lo prueba con sus tentáculos. De esa manera puede distinguir entre una roca o un animal que puede comer. Así, su principal fuente de alimentación son los crustáceos, otros moluscos y peces, por ello forman parte de los animales marinos carnívoros.

Otra característica fascinante de estos animales, es que al igual que los seres humanos, los pulpos sueñan y atraviesan por diversas fases del sueño cuando están descansando. Por otro lado, son completamente sordos, pero son capaces de diferenciar colores y distintas imágenes. Además, según National Geographic, el pulpo tiene la facultad de sentir dolor emocional como un humano.

¿Son los pulpos extraterrestres?

Hay quienes dicen que el ADN de los pulpos no es de este plantea, una teoría que fue respaldada, según el portal ABC Ciencia, por un equipo formado por 33 investigadores de las más prestigiosas universidades del mundo.

El portal cita un estudio publicado en la revista Progress in Biophysics and Molecular Biology, en donde se plantea la teoría de la panspermia, que sugiere que virus, bacterias y huevos de animales podrían haber llegado a la Tierra procedentes de otros lugares del universo.

Explican que, “los autores revisan la teoría de la Panspermia y sostienen, por un lado, que el origen de la vida no se produjo en la Tierra. Y por otro, aún más controvertido, que la mayor fuente de innovación genética (que permite la evolución de las especies) no se encuentra en la selección natural de mutaciones aleatorias ventajosas, sino en una continua «lluvia de materia viva extraterrestre»”.

Así entonces, en su polémico artículo, los autores sostienen que “la vida fue sembrada aquí, en la Tierra, por cometas portadores de vida que, tan pronto como las condiciones del planeta lo permitieron, floreció, hace aproximadamente 4.100 millones de años”.

Uno de los planteamientos que más llama la atención en el artículo, es que, siguiendo la idea de que los cometas son portadores de vida, los cefalópodos (grupo al que pertenecen los pulpos) podrían haber llegado en uno de estos cometas.

Las características del pulpo son fascinantes para los investigadores, pues su sistema nervioso complejo, ojos sofisticados o su capacidad de camuflaje aparecieron de forma repentina en su historia evolutiva. De hecho, según los investigadores, los genes necesarios para que surgieran todas estas capacidades no están presentes en ninguno de sus antepasados. Lo cual podría ser una prueba de que fueron tomados directamente del Cosmos.

¿Qué tiene de raro el ADN de los pulpos?

La publicación de ABC Ciencia señala que “el pulpo muestra una serie de diferencias bioquímicas muy específicas con respecto al nautilo, su pariente vivo más cercano. En particular, existen evidencias de cambios súbitos y masivos en su ARN (...) dichos cambios solo afectaron a los pulpos, y no se encuentran en ningún otro logar en la Naturaleza, ni siquiera en sus parientes más próximos”.

Cabe destacar que esta teoría ha sido debatida por otros pensadores, quienes afirman que no hay evidencias de que el ADN de los pulpos no sea de este planeta.

“Es más probable que las características que hacen que los pulpos parezcan extraterrestres sean simplemente el resultado de la evolución. Los pulpos son criaturas muy adaptables, y han desarrollado una serie de características que les permiten sobrevivir en su entorno. Su inteligencia, su anatomía y su comportamiento son simplemente adaptaciones que les permiten ser exitosos en su medio ambiente”, plantea otra teoría.