Petro no tuvo en cuenta que cambios en el Metro generarían una desfinanciación: exgerente

De nuevo aumentó la tención en las discusiones entre el Gobierno Nacional y la Alcaldía Mayor de Bogotá. El motivo: decisiones sobre la construcción del Metro de la ciudad.

Mientras que la Alcaldía busca avanzar con las obras del metro elevado que ya se encuentran en ejecución por parte de la empresa china a cargo, el presidente Gustavo Petro insiste en la idea de construcción de la primera línea subterránea.

El exgerente de la Empresa Metro de Bogotá, Andrés Urbe Escobar, habló con 6AM Hoy por Hoy acerca de las consecuencias jurídicas y financieras de modificar el proyecto para construir una línea subterránea para el sistema de transporte.

Según Uribe Escobar, quien dirigió la Empresa Metro de Bogotá hasta diciembre de 2020, los resultados de hacer cambios en el proyecto sobre la marcha no solo pondrían en apuros financieros al Metro. También arriesgarían la empresa a consecuencias jurídicas.

Explico que el contrato para la construcción del nuevo sistema de transporte masivo de la capital se firmó por un lapso de 28 años.

De estos, los primeros ocho destinados a la construcción del sistema. Los otros veinte de operación por parte de la empresa que ganó la licitación internacional para la obra.

“El consorcio que ganó se comprometió a ejecutar las obras, construir los trenes y operar el sistema por veinte años. Toda esa inversión se financia incluso con plata de los chinos”, argumentó.

Las inversiones que realiza la empresa “las van a recuperar cuando el Metro ya esté operando”, explicó. Según Escobar Uribe, la firma a cargo de la construcción incluso ha traído recursos de China para invertirlos en el proyecto en Bogotá.

Por esto mismo, explicó el exgerente, “si se llegan a suspender los trabajos, eso se desfinancia”. Argumentó que actualmente hay al menos 4.400 personas trabajando en las obras.

Esto implica una inversión diaria de cinco mil millones de pesos, solo en trabajos relacionados con el avance del Metro de Bogotá.

“Por un día que se detenga, se pierde mucho dinero y se arma un pleito jurídico. Los chinos han cumplido con todos sus compromisos y pueden alegar un detrimento patrimonial”, explicó Escobar Uribe.

Solo la construcción de los trenes comentó, tiene un costo de al menos 1.200 millones de dólares.

Hacer cambios al proyecto implicaría suspender la fabricación de estos y la pérdida de los recursos invertidos.

El exgerente comentó que hay detalles que el presidente Gustavo Petro no ha tenido en cuenta en sus discusiones con la alcaldesa Claudia López.

Uno de ellos es el aire acondicionado de los trenes, que es necesario para un proyecto subterráneo. Pero en el metro elevado, argumentó, no hace falta por la circulación del aire natural. Incluso los motores deben ser distintos.

Hizo énfasis en que “el proyecto no se debe ni se puede parar por razones jurídicas y de financiación”. Pero tampoco es posible hacer cambios en los diseños, al tiempo que se trabaja en las obras.

El exgerente explicó que para hacer cualquier tipo de cambio en los planos es necesario detener los trabajos. Esto, en un momento en el que los tramos 1 y 2 del proyecto tienen los diseños listos desde hace tres años, según comentó.

“Tratar de cambiar eso implica tiempos perdidos. No hay manera de empatar la construcción de un metro subterráneo con la de un metro elevado”, añadió.

Lo que discute el presidente

Durante su conversación con 6AM Hoy por Hoy, el exgerente Andrés Escobar Uribe explicó cuáles son los puntos en los que considera hay una falta de conocimiento por parte del presidente Gustavo Petro.

Explicó que el cumplimiento de los plazos de entrega del proyecto requiere del trabajo simultáneo en los seis frentes que tiene la obra. “En este momento hay nueve frentes de obra”, añadió.

De no trabajar en todos de forma simultánea, argumentó Escobar Uribe, no es posible entregar el proyecto en el plazo de los ocho años estipulado en el contrato con la empresa China.

Sobre la construcción de una línea subterránea del Metro de Bogotá, opinó que el presidente Petro “considera que una obra subterránea en la Caracas es algo fácil. Parece que él piensa que se puede hacer con una tuneladora que pasa a cincuenta metros de profundidad”.

Explicó que los trabajos subterráneos en la ciudad implican sortear dificultades como las columnas subterráneas de las construcciones, las redes de servicios públicos y alcantarillado. Incluso las fuentes de agua que recorren el subsuelo de la ciudad.

Indicó que el Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá (IDU) realizó un estudio para el metro subterráneo durante la dirección de William Camargo, actual ministro de Transporte. Este dio hallazgos importantes para definir el proyecto.

“No se puede usar la tuneladora en los suelos del borde oriental de Bogotá. Había que construir mediante un sistema que se llama de zanja”, comentó.

La tuneladora mencionada es una máquina especializada en excavar túneles de forma completa, sin necesidad de abrir zanjas superficiales.

Pero el metro subterráneo implicaría “coger toda la Avenida Caracas, abrirla y construir una zanja, un gran sótano con unas pantallas laterales reteniendo los edificios que están construidos para que no se vayan a ir dentro de ella”, explicó el exgerente.

Desde su postura, “al presidente nunca le han explicado” la magnitud de los trabajos para construir una línea subterránea del Metro de Bogotá. Solo la magnitud de la zanja en la Avenida Caracas sería de entre 22 y 24 metros de profundidad.