Estos son los lugares más ‘tenebrosos’ de Cundinamarca, ¿se atrevería a ir?
Aquí le traemos cinco de los escenarios más terroríficos que tiene el departamento
A 30 kilómetros de Bogotá existe un lugar que fue bautizado por los lugareños como el Lago de los Muertos, un pequeño estanque de aguas alborotadas al que fueron a parar decenas de cadáveres desde los años treinta.
Este escenario, que fue el sitio predilecto de los suicidas del departamento de Cundinamarca desde inicios del Siglo XX, desde hace décadas ha despertado la curiosidad de foráneos y locales por cuenta de las leyendas que se han tejido en torno a sus atrayentes aguas y por el espectáculo que ofrece la cascada que se encuentra a sus espaldas.
Quizá usted haya visitado u oído hablar del Salto del Tequendama, una espectacular cascada de 157 metros de alto, ubicada en el municipio de Soacha, que tiene a sus pies una de las historias más aterradoras del país.
Turismo de Terror
En los últimos años, se ha popularizado el término de turismo de terror, una actividad que contempla la visita de algunos de los sitios más aterradores y plagados de leyendas de una localidad.
Cundinamarca no se queda atrás, el municipio corazón de Colombia guarda en sus rincones algunos de los escenarios más terroríficos del país, los cuales se han ganado su popularidad a pulso.
Desde la visita al pueblo fantasma de La Siberia, que parece sacado de una película postapocalíptica; pasando por los recorridos del cementerio central en el que ladrones y prostitutas le rezan a sus muertos; hasta la contemplación del Hospital psiquiátrico de Sibaté.
Aquí le traemos algunos de los sitios más espeluznantes de Cundinamarca, ¿se atrevería a ir?
Hotel del Salto del Tequendama
Este artículo rememoró en los primeros párrafos uno de los escenarios más desolados del país: el lugar en el que eran encontrados los cuerpos de los suicidas que decidían saltar a las arremolinadas aguas del río Bogotá.
Sin embargo, el protagonista de este top no es el salto del río Bogotá, sino el lugar que contempló apacible, desde 1923, las muertes silenciosas de tantos decididos: El Refugio del Salto.
A las orillas de la carretera que conduce de Soacha al municipio de Mesitas se encuentra una vieja estructura de 113 años que durante la primera mitad del siglo pasado acogió en sus lujosas habitaciones a los huéspedes más ricos de la sabana de Bogotá.
No obstante, este misterioso lugar, que durante varias décadas quedó en completo abandono y que actualmente es conocido como la Casa Museo Salto de Tequendama Biodiversidad y Cultura, ha tejido innumerables leyendas terroríficas.
La Siberia: el pueblo fantasma
Otro de los sitios en el departamento que ha estado rodeado de misterios y sobre el cual se han hilado terroríficas historias es la antigua fábrica de cemento La Siberia, que se encuentra en las faldas de la cordillera central desde 1933, a escasos kilómetros del municipio de La Calera.
Como sacada de una película de terror, las ruinas de la cementera y del pueblo en el que habitaban los empleados de la fábrica, han atraído a innumerables entusiastas que buscan comprobar si son ciertos los lamentos y fenómenos paranormales de los que aseguran suceden en esta localidad abandonada desde 1998.
Varios han asegurado que las ruinas de La Siberia, en las que todavía se pueden ver la iglesia y la escuela de los hijos de los trabajadores, es escenario de fenómenos paranormales: como coros de niños que retumban entre la cementera.
Manicomio de Sibaté
A menos de 2 horas de Bogotá se encuentra el apacible pueblo de Sibaté, una pequeña localidad que de no ser por el hospital psiquiátrico, construido en 1916, hubiera sido oro más de la sabana.
Sin embargo, desde la inauguración del manicomio en 1937 hasta su cierre en 2005, las espeluznantes historias que acompañaron a este lugar hicieron famosa a esta localidad.
Se estima que más de 50 pacientes murieron en las instalaciones de este centro, del que se asegura ha sido escenario de fenómenos paranormales como la aparición de un antiguo empleado que fue asesinado por uno de los pacientes con su propia bufanda.
Cementerio Central de Bogotá
En el cementerio central, ubicado en el corazón de Bogotá, se encuentra la tumba del astrónomo y matemático Julio Garavito, a quien prostitutas y ladrones le piden favores.
Este cementerio, que está próximo a cumplir 200 años, es otro de los lugares imperdibles para quienes busquen hacer turismo de terror en Cundinamarca, debido a que es un escenario en el que se aseguran se ha hecho culto a los muertos y de brujería.
Este laberinto de tumbas que datan desde siglo XVIII es protagonista en muchas de las historias en las que se cuenta que es el espacio de aparición de espectros y fenómenos que agobian a quienes se atreven a perturbar.