Científicos descubren un hongo que crece en insectos y es capaz de curar el cáncer

Diferentes estudios científicos han identificado al hongo Cordyceps desde hace algunos años y ha sido estudiado especialmente por las esporas que genera, puesto que a los insectos los infecta y termina matando. No obstante, su compuesto principal, la cordicepina, la cual podría tener propiedades medicinales que pueden ayudar a la fabricación de medicamentos para combatir enfermedades de tipo viral y algunos tipos de cáncer.

Investigación científica realizada en Corea del sur

La doctora Mi Kyeong Lee, investigadora de la Universidad Nacional de Chungbuk, junto con su equipo de científicos, lograron cultivar este hongo en un laboratorio sin perder las propiedades de las esporas generadas. El estudio fue publicado en la revista científica “Frontiers in Microbiology”, en la cual se explican detalladamente los avances no solo científicos, sino médicos que el cultivo de este hongo puede representar para el tratamiento de ciertas enfermedades en donde se incluye el cáncer.

En el estudio publicado, la doctora Lee menciona lo siguiente: “la cordicepina es uno de los análogos de nucleósidos citotóxicos con actividades terapéuticas complementarias en la antiproliferación y la antimetástasis en las células cancerosas. Además, los hallazgos de investigaciones se encaminaron inicialmente para realizar estudios preclínicos y clínicos de cordicepina para el tratamiento integral de covid-19″.

¿Cómo se implementaría un tratamiento con cordicepina?

En el mercado se pueden encontrar suplementos alimenticios con este componente para ser utilizados como medicina alternativa, sin embargo, los investigadores de la Universidad de Chungbuk en Corea del Sur, comenzaron a realizar cultivos en algunos alimentos como el arroz integral, pero descubrieron que no se generaban las proteínas suficientes para lograr conseguir niveles de cordicepina aptos para ayudar a las personas con el tratamiento de sus enfermedades.

En la búsqueda de una alternativa diferente, comenzaron a experimentar con algunos insectos comestibles, ya que el hongo crecía muy bien en estos. Para la investigación utilizaron diferentes especies de grillos, gusanos de seda, larvas y escarabajos. Luego de un tiempo se determinó que solo un tipo de insecto, era capaz de producir altos niveles del componente principal del Cordyceps, se trata del escarabajo rinoceronte japonés, aumentando cien veces la cantidad de cordicepina en comparación con el arroz integral que usaron en un inicio.

Los resultados que concluyeron los estudios son una oportunidad para la búsqueda y fabricación de nuevos fármacos, en especial para tratar el cáncer, pero según la doctora Lee aún falta investigación. “El método de cultivo de Cordyceps sugerido en este estudio permitirá la producción de cordicepina de manera más efectiva y económica”, concluyendo la investigación, asegurando que aunque los insectos comestibles pueden funcionar, no es suficiente para llegar a la cantidad necesaria de personas que sufren de alguna complicación grave de salud, como lo es el cáncer.