5 bibliotecas que llevan la lectura a los lugares más apartados del país
Cada vez son más visibles las iniciativas que impulsan la promoción de lectura en un país donde, en promedio, un ciudadano solo lee 2,7 libros al año
De acuerdo a la Cámara de Comercio, un colombiano lee, en promedio, 2,7 libros al año; pero en países como Chile y Argentina, la media es de 5.(Cortesía)
En Colombia aún es evidente la brecha que existe entre las zonas rurales y las urbanas cuando de acceso a ciertos servicios y espacios se trata.
Por ejemplo, mientras en las grandes ciudades como Bogotá el número de bibliotecas asciende a 165, en otras zonas más apartadas del país esa gran infraestructura que cobija a miles de personas con libros no existe.
Según los últimos datos publicados por la Cámara de Comercio, un colombiano lee, en promedio, 2,7 libros al año; pero en países como Chile y Argentina, la media es de cinco ejemplares.
Y aunque este tipo de cifras arrojan una idea de cómo nos comportamos cuando de leer se trata, en varias zonas del país las iniciativas comunitarias son un contrapeso para impedir que ese promedio eche raíces en sus poblaciones.
En Colombia Visible traemos esta selección de cinco bibliotecas itinerantes o comunitarias que todos los días promocionan la lectura en pro de transformar sus realidades basadas en el poder de la lectura”.
Esta biblioteca ambulante lleva la literatura a las veredas de Caquetá
Luz Estella Salazar y Aníbal Patiño son una pareja de esposos que, en 2011, crearon La Casita de los sueños, una biblioteca rodante que lleva la semilla de amor por la lectura a todos los 16 municipios de Caquetá.
La biblioteca fue construida en una camioneta ´Morocha´ sobre la cual, durante todos estos años, calculan que han entregado alrededor de 100.000 libros en las más de 270 escuelas que han visitado.
Ese logro, según cuentan, se lo deben a su impulso inicial: la preocupación por la educación de los niños del departamento; impulso que hoy aún los mantiene andando hacia cualquier rincón que necesite una chispa de transformación.
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Sueño Pacífico, una biblioteca en medio de la selva para generar conciencia ambiental
En Ladrilleros, Buenaventura, se ubica la Biblioteca Sueño Pacífico. Aunque se halla en la mitad de la selva, Sergio Pardo, capitán de barco y fundador del proyecto, ha logrado mantener a flote esta iniciativa que se centra, principalmente, en el tratamiento del plástico.
Lo hace alineado con Precious Plastic, un modelo abierto de reciclaje creado en Holanda en 2012.
Una de las iniciativas de esta zona costera del corregimiento para mitigar la contaminación por plástico es, por ejemplo, darle a este material un valor económico. Así, cuando organizan proyecciones de películas en la biblioteca, los asistentes (que son principalmente niños), no pagan con monedas o billetes, sino con plástico.
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Una biblioteca del pueblo kankuamo, nominada a un premio internacional de bibliotecas verdes
El trabajo que esta biblioteca del pueblo kankuamo realiza en la protección de la Sierra Nevada de Santa Marta fue reconocido por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios a través de su nominación al premio de Bibliotecas Verdes.
La biblioteca defiende el territorio a través de piezas audiovisuales, grabados de mensajes en petroglifos, promoción de artesanías, y jornadas de siembra y limpieza en la comunidad de Atánquez, en Valledupar.
Además, reconocen que el concepto de biblioteca viene incluido en el propio ADN de los pueblos indígenas.
Souldes Maestre, quien está al frente del proyecto, menciona que “un mamo puede guardar una información en un algodón y 400 años después otro mamo puede leer ese mensaje”, haciendo alusión a que, pese a no ser un libro, para ellos la historia también puede escribirse con otras herramientas.
Una biblioteca itinerante inspirada en los silleteros
Impulsado por las ganas de iniciar “su propia revolución”, Daniel Vergara, un estudiante de la Universidad Tecnológica de Pereira, decidió crear hace diez años (con otros cinco compañeros) la Bibliosilleta, una biblioteca itinerante ubicada en Los Frailes, un municipio en Dos Quebradas, Risaralda.
Esa biblioteca fue, en realidad, el segundo proyecto en el que participaba relacionado con la literatura pues, años antes, había logrado recopilar, en un espacio que nombraron La Biblioteca Andrés Caicedo, cerca de 4.000 libros, todos ubicados en estantes hechos con materiales reciclables y con sus propias manos.
En un Renault 4, una familia viaja por el país para promover la lectura
Lo que comenzó como un simple regalo hecho a Laura Acevedo y Arco González por el nacimiento de su hijo, terminó representando un impacto literario en todas las comunidades de Nariño, Arauca y Chocó por las que este Renault 4 ha hecho su recorrido.
En 2015 lo pusieron a andar y hoy, siete años después, el Bibliocarrito ha logrado soportar en su baúl 1.000 libros, cajas para hacer trucos de magia, instrumentos musicales y, lo más importante, toda la energía que su hijo, Daniel Hikuri de seis años, logra transportar durante los largos viajes de sus padres tierras adentro.
