11 de septiembre de 2001: La imagen que sacudió al mundo
Lo que en un principio parecía un accidente, se convirtió en la jornada más oscura en la historia de Estados Unidos.
Todo había comenzado poco antes de las 8 de la mañana, cuando 19 yihadistas abordaron cuatro aviones en aeropuertos de Boston, Washington y Newark, cerca de Nueva York.
Menos de una hora más tarde, el avión que había despegado de Boston hacia Los Angeles, secuestrado por los yihadistas,se estrellaba entre los pisos 93 y 96 de la torre norte.
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Los 87 pasajeros y tripulantes del avión murieron al instante. También cientos de las 50.000 per sonas que trabajaban en el World Trade Center. Muchos quedaron atrapados por encima del piso 91, sin acceso a escaleras de emergencia.
Joseph Dittmar estaba a esa hora en una reunión con corredores de seguros en el piso 105 de la torre de enfrente, el edificio sur del WTC.
Tras la orden de evacuación, decidió bajar por las escaleras, en la que cree que fue la mejor decisión de su vida.
Mientras descendía, el segundo avión impactó en la torre sur.
Dittmar todavía se emociona al recordar que en el piso 31 él y sus compañeros se cruzaron con bomberos que corrían escaleras arriba, para salvar a las personas atrapadas.
A las 09h59, cuando había logrado alejarse del edificio, lo sacudió el ruido ensordecedor del derrumbe de la torre sur.
En ese momento, el paramédico Al Kim se preparaba para acoger heridos en el hotel Marriott, situado entre ambas torres. Cuando escuchó el estruendo se lanzó instintivamente bajo una camioneta estacionada bajo un puente peatonal.
La torre sur se desplomó en 10 segundos, matando a más de 800 civiles y rescatistas que estaban en la zona.
Cuando Kim consiguió salir de abajo del auto, se encontró frente a frente con la devastación.
En el Pentágono, el cuartel general del departamento de Defensa situado en Arlington, Virginia, Karen Baker, una experta en relaciones con la prensa del ejército, ya sabía a esa hora que los ataques contra el WTC no habían sido un accidente. Pero se sentía "en el lugar más seguro del mundo".
Caminaba hacia su escritorio cuando el vuelo 77 de American Airlines que había despegado del aeropuerto de Washington Dulles hacia Los Ángeles con 59 pasajeros y tripulantes a bordo, secuestrado por cinco yihadistas, se estrelló contra la fachada oeste del edificio de concreto reforzado.
Pocos minutos después, el vuelo 93 de United Airlines que había despegado de Nueva Jersey con destino a San Francisco, era desviado hacia Washington DC.
Los pasajeros deciden enfrentar a los yihadistas y asaltar la cabina. El avión finalmente se estrella contra una colina arbolada cerca de la pequeña comunidad de Shanksville, en Pensilvania, a 20 minutos de la capital estadounidense.
Gordon Felt perdió a su hermano Edward en ese vuelo. Junto a autoridades y otros familiares de las víctimas, gestionó un memorial en ese lugar.
Los ataques del 11 de septiembre dejaron 2.753 víctimas en Nueva York, 184 en el Pentágono y 40 en Shanksville.
Pero sobre todo golpearon a un Estados Unidos que se creía intocable y cambiaron el curso de la historia.