Ringo Starr niega haber participado en las 'masturbaciones' en los Beatles
Ha dejado bien claro que él nunca tomó parte en esas particulares "sesiones para estrechar lazos", como las definió su compañero Paul McCartney
El músico y exbatería de los Beatles Ringo Starr, de 78 años, ha salido momentáneamente de su apacible retiro de la vida pública para dejar bien claro que, a diferencia de lo que hace unas semanas declaraba su compañero de banda Paul McCartney, él nunca formó parte de esas curiosas sesiones de masturbación en grupo con las que, supuestamente, los cuatro artistas solían relajarse en los escasos ratos libres que les brindaba su apretada agenda de trabajo: todo ello, recordemos, de acuerdo con la versión de los hechos ofrecida por el segundo.
"Esas cosas pasaban antes de que yo me uniera a la banda", ha sentenciado el a veces infravalorado miembro de la emblemática formación de Liverpool en conversación con el portal de noticias TMZ, una charla en la que no pudo soltar varias carcajadas cuando su interlocutor le preguntó si se sentía algo "marginado" por no haber podido participar en tan llamativos encuentros.
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El impactante testimonio que sostiene McCartney (76) -asombroso más que nada por el hecho de que decidiera hacerlo público en medio de la campaña promocional de su nuevo disco 'Egypt Station', una labor que francamente no requería anécdotas de esa naturaleza- hacía referencia además a la necesidad que tenían los amigos de "reforzar sus lazos" a través de ese tipo de encuentros, en los cuales el alcohol o las drogas brillaban por su ausencia.
"A ver lo que pasaba es que nos juntábamos mucho en casa de John [Lennon], y éramos un grupo bastante grande. Y en lugar de ponernos a beber como locos o montar fiestas descontroladas -ni siquiera recuerdo si nos quedábamos a dormir-, nos sentábamos en las sillas, apagábamos las luces y, en el momento en que uno empezaba a masturbarse, pues el resto hacíamos lo mismo", explicaba el artista en una de sus últimas entrevistas al tiempo en que insistía en que esas "sesiones" no eran más que excentricidades propias de chiquillos.