El sueño frustrado de Michael Jackson
Se conoció por el libro de memorias del afamado representante de artistas Michael Ovitz.
No contento con poder presumir -y sin riesgo a equivocarse- de haberse erigido como la mayor supestrella musical de la década de los ochenta, el malogrado Michael Jackson se habría propuesto también en esos años convertirse en la próxima gran figura del cine de acción, encarnando para ello nada menos que al espía británico por excelencia: James Bond.
Vea también: Hombre acosa a una mujer sin saber que lo grababan
Eso es lo que se desprende al menos del sorprendente libro de memorias que acaba de publicar Michael Ovitz, quien fuera uno de los representantes de artistas más cotizados y reputados de la época, en medio de un capítulo lleno de surrealistas anécdotas sobre la estrecha relación que le unía al rey del pop.
"Michael nos reunió en su casa un día y nos dijo que quería ser la gran estrella de una película de acción. Y cuando dijo directamente 'Quiero interpretar a James Bond', hice todo cuanto pude para no reírme en su cara. Al final tuvimos que ser sinceros y contestarle: 'Eres demasiado delgado y una persona muy sensible. No serías creíble interpretando a un bloque de piedra", reza un extracto del libro.
Además del cantante y del autor de tan sorprendentes revelaciones, en el mencionado encuentro también se encontraba el por entonces socio de Ovitz, Ron Meyer, el cual no pudo contener la risa mientras Michael trataba de convencerles de que era el candidato ideal para dar vida al agente 007 al tiempo que, literalmente, un "chorro de guacamole" amenazaba con mancharle la cara.
"El sombrero se le cayó a un plato con guacamole, lo recogió y volvió a ponérselo sin darse cuenta de que había un chorro de guacamole en el ala del sombrero que iba cayendo poco a poco. Ron casi no podía aguantar la risa y nos quedamos mirándole mientras Michael trataba de vendernos la idea, y luego el chorro terminó cayéndose al suelo. Los dos explotamos en carcajadas y Michael se fue ofendido de la habitación. Le tuvimos que explicar durante quince minutos que no nos estábamos riendo de él ni de su propuesta", rememora Michael Ovitz en su autobiografía.