Fuera de España, los espectadores de <a href="https://elpais.com/cultura/2017/03/24/television/1490369155_885826.html?rel=mas"><em>La casa de papel</em></a> aún no saben si el atraco a la Fábrica de Moneda y Timbre termina bien o mal para Berlín, Tokio, Río, el Profesor y compañía. El 6 de abril, Netflix colgará la segunda y última parte de la serie, que se despidió en Antena 3 el pasado 23 de noviembre. <a href="https://elpais.com/cultura/2017/11/24/television/1511480525_162365.html?rel=mas">Aunque aquel final en España</a> fue seguido por 1.798.000 espectadores, dato discreto para el <em>prime time</em> español, fuera el final se espera con ansiedad por televidentes de Francia, Italia, Argentina, Brasil o Turquía.<a href="https://elpais.com/cultura/2018/02/14/television/1518615689_489310.html">La llegada del <em>thriller</em> producido por Atresmedia y Vancouver a Netflix a finales de diciembre lo convirtió en un inesperado fenómeno mundial</a>: se ha mantenido durante seis semanas consecutivas como la más seguida por los usuarios de la aplicación TV Time; es una de las más populares en IMDb, la mayor base de datos fílmicos en Internet; ha sido recomendada en redes sociales por famosos como el futbolista Neymar o el cantante Romeo Santos... Incluso la careta de Dalí que llevan los atracadores se ha podido ver en los carnavales de Brasil o en pancartas enormes desplegadas en estadios de Arabia Saudí. ¿Cómo se puede explicar este éxito internacional?Sonia Martínez, directora de Ficción de Antena 3, apunta varios factores. "Es una serie que en su ADN lleva el formato de vídeo bajo demanda. Es un atraco en el que se van marcando las horas y tienes la sensación de que necesitas consumir más, es el producto ideal para ver así". Además, añade la importancia del diseño de personajes. "Dentro de que son personas que están delinquiendo, teníamos claro que la gente tenía que tener la sensación de que están con ellos, que son los buenos, y que cumplen un deseo que todos llevamos dentro que es atracar algo tan impersonal como es la Casa de la Moneda", defiende Martínez, que destaca también la iconografía de la serie: "entra por los ojos en cuanto ves un <em>frame</em>".Álex Pina, creador de <em>La casa de papel</em>, cree que ha conectado con un estado de ánimo presente en muchos países por la crisis económica. "Estos señores que atracan la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre tienen un componente casi antisistema que recoge un poco la decepción con los Gobiernos, los bancos centrales..., un hastío en el que estos <em>robin hoods</em> se convierten para muchos en estandarte de esta atmósfera de decepción. <a href="http://seriestv.blog.lemonde.fr/2018/03/13/la-casa-de-papel-allegorie-de-la-rebellion/" target="_blank">En <em>Le Monde</em></a> hace unos días hacían una reflexión política sobre la serie en este sentido", destaca.