Economía

El precio desorbitado de los medicamentos

La situación es dramática, son los más costosos del mundo, según un estudio de Health Action International (HAI) en 2014

El precio desorbitado de los medicamentos

No deja de ser muy preocupante el hecho de que uno de cada diez adultos deje de tomar medicamentos por culpa del precio, según los CDC. No tomar los medicamentos recetados puede resultar en unas consecuencias graves para la salud, indican los expertos. Y no estamos hablando de cualquier país, sino de una gran potencia como Estados Unidos. Casi uno de cada 10 estadounidenses adultos no toma los medicamentos que les han recetado porque no pueden pagarlos, declararon las autoridades sanitarias el jueves

Los altos precios de los medicamentos en Estados Unidos podrían estar perjudicando a las mismas personas para las que están destinados, según sugiere el nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Aproximadamente un 15 por ciento de los adultos de ese país han pedido a su médico una alternativa más barata. Además, casi el 2 por ciento han comprado medicamentos recetados de otros países (donde los medicamentos podrían estar regulados o no) y más del 4 por ciento han probado con las terapias alternativas. Los investigadores aseguran que estas personas están dejando de tomar sus dosis, toman menos medicamentos o retrasan el momento de surtir las recetas

No tomar los medicamentos recetados puede tener consecuencias graves. Las personas que no toman los medicamentos que les recetan acaban siendo hospitalizadas más veces, hacen más visitas a emergencias y tienen más problemas por sus enfermedades, detectaron en el estudio. También se observó que no tomar los medicamentos recetados por problemas económicos se producía a cualquier edad, pero mucho más en personas menores de 64 años. Tenían casi el doble de probabilidades de no tomar los medicamentos para ahorrar dinero que las personas de a partir de 65 años de edad (el 8.5 por ciento frente al 4.4 por ciento)

Aunque más del 5 por ciento de las personas de entre 18 y 64 años no tomaron las dosis o tomaron menos medicamentos para ahorrar dinero, menos de un 3 por ciento de las personas de a partir de 65 años de edad practicaron esas tácticas. En general, hallaron que el 7.8 por ciento de los adultos reconocieron no estar tomando los medicamentos recetados por los altos precios

El seguro era un factor clave en si los pacientes tomaban los medicamentos recetados. Los adultos más pobres eran los más propensos a no tomar los medicamentos recetados por problemas económicos. No tomar un medicamento importante puede causar complicaciones, un mal resultado y unos costos mayores, concluyen

Maneras de ahorrar:• Tome medicamentos genéricos u otros de bajo coste

• Elija un plan de seguro que tenga la cobertura adicional de medicamentos

• Piense en los planes de asistencia para los medicamentos ofrecidos por las farmacias• Que la Seguridad Social le ayude a reducir los gastos

• Solicite ayuda a organizaciones caritativas de su comunidad para los gastos de los medicamentos

FUENTES: Jan. 29, 2015, report, Strategies Used by Adults to Reduce Their Prescription Drug Costs: United States, 2014Colombia, país con los medicamentos más caros Los colombianos no deberían seguir pagando más que el resto del mundo por acceder a tratamientos para salvar sus vidas

El último reporte de inflación del DANE señala que los precios de la salud fueron los que más crecieron en marzo. Estos precios subieron 0,72%, porcentaje muy superior al crecimiento del IPC de este mes que fue del 0,25%

La situación en Colombia es bastante dramática. Los precios de los medicamentos son los más costosos del mundo, así lo demuestra un estudio realizado por Health Action International (HAI) el año pasado. Después de recoger datos en 93 países para comparar el precio del ciprofloxacino, un antibiótico sin patente y de uso común, se encontró que éste oscila entre una media de US$31 en China hasta US$131 en Colombia. En el país “la marca original es 60 veces el precio del genérico de menor precio. Un paciente colombiano paga 200 veces más el precio que pagaría en cinco países asiáticos donde el precio de los genéricos era inferior, una diferencia de casi el 20.000%”

En la Drogaria Minas-Brasil, por ejemplo, una caja de Aprovel (150 MG con 28 comprimidos) de Sanofi-aventis, que se utiliza para tratar pacientes con tensión arterial alta, cuesta 78,97 reales, más o menos $85.000, mientras en Drogas la Rebaja se consigue en $169.900. Es decir que los colombianos pagamos $84.900 más que los brasileros, monto que alcanzarían para comprar otra caja

Una tableta de Bonviva de Roche, tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica, para reducir el riesgo de fracturas, se consigue en Colombia a $160.050, en Perú a $114.500 (149,79 soles) y en Argentina a $88.000 (177,03 pesos argentinos). Esto indica que los precios de este medicamento son 28,5% y 45,5% más costosos acá que en Perú y Argentina, respectivamente

¿Este problema se podría explicar por el régimen de libertad de precios de los medicamentos que existe en Colombia desde el año 2006? No necesariamente. Es más un problema de competencia. El mercado de los medicamentos es imperfecto y los productos sin competencia tienen un amplio poder para fijar sus precios. Los expertos coinciden en la necesidad de regular el poder de monopolio de las farmacéuticas multinacionales

Los colombianos no deberíamos seguir pagando más que el resto del mundo por acceder a tratamientos para salvar sus vidas de enfermedades como la diabetes, artritis o tensión arterial

Control de preciosEl pasado 25 de julio, el Ministerio de Salud anunció la aplicación de controles — con reducción de precios importantes — sobre 195 medicamentos de alto costo y de alto impacto en el sistema de salud. Reducciones que resultan de comparar lo que se paga en Colombia y lo que se paga en 17 países de referencia, de manera que acabemos pagando el promedio más bajo entre ellos. El ministerio estima ahorros por más de 300.000 millones de pesos anuales. Pero la media aplicada indica que para 44 principios activos y 240 medicamentos de alto impacto, en 195 productos — el 81 por ciento — los precios efectivamente eran más altos que los de referencia internacional

Ahora, es preciso distinguir dos asuntos: Uno es si en Colombia pagamos más que en el vecindario por los mismos productos. Y la respuesta es que sí, pero con excepciones y variaciones. El otro asunto — realmente importante — es por qué un medicamento puede costar más de un millón de pesos — 1,5 veces el salario mínimo — y hasta la abrumadora suma de 70 millones de pesos mensuales

Más allá de preguntar quiénes pueden pagar estas sumas por productos que normalmente no eligen comprar, hay que plantearse la cuestión de si un país puede aguantar precios semejantes. No fue otra la razón de la emergencia social del 2009 y es una causa fundamental — aunque no única — de la actual crisis del sistema de salud de Colombia. En realidad, es causa de crisis más o menos severas en los sistemas de salud de todo el mundo

No todos los medicamentos son caros en Colombia. El  ibuprofeno — uno de los mejores medicamentos en la historia de la humanidad — cuesta apenas 200 pesos en su versión genérica. Pero hay marcas “prestigiosas” de “prestigiosos” laboratorios, cuyo precio resulta 20 y hasta ¡100! veces mayor que la versión genérica. Los medicamentos no deberían tratarse como una mercancía cualquiera. Pero para efectos de fijar su precio, se tratan como si lo fueran. Peor aún: como si fueran una mercancía de lujo

¿Qué tienen en común estos productos?  Que el costo de producción puede representar menos del 10 por ciento de su precio de venta: las inversiones en publicidad, en empaques, en vendedores, en mercadeo y en un largo etcétera — que incluye un enorme margen de ganancia — explican su precio final. Eso explica por qué el vendedor invierte grandes sumas para convencer a los médicos, y es la opinión de un médico que influya en decir que los genéricos son más baratos porque no son de la misma calidad y que las enormes diferencias de precio son diferencias de calidad

Medicamentos más nuevos… y más carosUn análisis presentado en Colombia por el profesor Huub Schellekens a propósito del debate sobre los productos biotecnológicos mostraba cómo en 8 productos líderes del mercado el costo de producción solamente representaba el 2 por ciento del precio final y en el caso del más costoso, menos del 1 por ciento. Pero el problema de las marcas no es el único y quizás no sea el más importante para explicar el alto precio de los medicamentos. Lo grave es que los medicamentos más nuevos resultan cada vez más caros y la oferta de la industria se concentra en esos productos novedosos.  En Colombia y en el mundo

¿Es un fenómeno natural derivado de la tendencia humana a preferir la novedad y a seguir la moda? No parece ser el caso. En realidad, la industria farmacéutica tiene que hacer enormes inversiones en el “lanzamiento” de un producto nuevo, usualmente para reemplazar a otro más antiguo y más barato, lo que supone campañas publicitarias costosísimas. Campañas que, por supuesto, incluyen viajes de médicos “líderes de opinión” a congresos pretendidamente “científicos” en diversas partes del mundo. Sumemos comisiones a los vendedores, campañas en medios de comunicación y otro largo etcétera

No me explico por qué los médicos y los pacientes no nos damos cuenta de que todos esos rubros se cargan al precio final del medicamento. Propiedad intelectual y TLCSegún la industria farmacéutica, el alto precio se explica por al altísimo costo y el altísimo riesgo que significan investigar y desarrollar un nuevo medicamento exitoso. Hace 10 años se estimaba en 800 millones de dólares y publicaciones recientes argumentan que puede haberse elevado a 2.000 millones de dólares

Veamos el caso de las patentes y de la propiedad intelectual en general. Una patente es un derecho “concedido” por un Estado para ejercer el monopolio temporal sobre un producto. Y tener el monopolio significa poder fijar un precio muy superior al que tendría el producto si existieran los competidores. En la gran mayoría de países incluida Colombia no se otorgaba patente a los medicamentos porque se pensaba que no eran mercancías ordinarias. Pero eso cambió desde 1995 con las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre el libre comercio. La mayor parte de los medicamentos nuevos están protegidos por patentes en el mundo, muchos en Colombia, y precisamente son muy caros

Pero las cosas se tornaron más graves con motivo de los Tratados de Libre Comercio (TLC): desde 2004, IFARMA, Misión Salud y la Federación Médica Colombiana (Observamed) advirtieron mediante estudios prospectivos que el capítulo de propiedad intelectual de los TLC con Estados Unidos y con la Unión Europea iba a forzar el alza de los precios y que el gasto en medicamentos se elevaría en grandes proporciones, así se explica que tengamos precios más altos que los países vecinos y aún que los países ricos.  Tales argumentos quedaron plasmados normativamente mediante la “desregulación” de la circular 04 de 2006, que coincide curiosamente con el gran salto en los recobros al Fosyga. Pero algunos prefieren atribuirlo a la sentencia 760 de la Corte Constitucional. El pasado 25 de julio, el Ministerio de Salud anunció la aplicación de controles con reducción de precios importantes sobre 195 medicamentos de alto costo y de alto impacto en el sistema de salud.  Los medicamentos no deberían tratarse como una mercancía cualquiera. Pero para efectos de fijar su precio, se tratan como si fueran una mercancía de lujo. Lo grave es que los medicamentos más nuevos resultan cada vez más caros y la oferta de la industria se concentra en esos productos.

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