Actualidad

​Telescopio en París. Es el Islam Radical

Una ideología tóxica que provocó los sangrientos hechos que desde Francia conmovieron al mundo.

​Telescopio en París. Es el Islam Radical

De manera dramática concluyeron los sangrientos hechos que desde  Francia  conmovieron  al mundo y cuyo origen está en una ideología tóxica;  la ideología del  Islam Radical  que en sus diferentes vertientes y  matices ha asesinado a  decenas de miles en los últimos lustros

Aunque no hay una única, podría determinarse que la génesis de esta ideología y sus métodos es la “Fatwa”  emitida por el Ayatola Komeini,  en su momento líder supremo  la República Islámica de  Irán  contra el escritor Salman  Rushdie, autor del libro “los versos satánicos”  quien desde entonces vive prácticamente  en la clandestinidad.  El surgimiento de Al Qaeda en 1998 y los ataques a las torres gemelas le dieron legitimidad a la  Yihad  global y en los últimos años, especialmente desde el estallido de la mal llamada primavera árabe,  la guerra fratricida entre sunitas y shiitas ha generado  el surgimiento de dos cabezas del mismo tronco radical  que  se matan los unos a los otros como ocurre actualmente  en Siria, Irak, Pakistán y  Yemen por mencionar sólo algunos, además de tener como objetivo a los que consideran  “enemigos del Islam”. Esta es la ideología que rechaza a occidente  y sus valores, que ataca a musulmanes que no comulgan con su radicalismo, a miembros de otros credos  y se opone al orden internacional. Es el Islam radical la ideología  responsable de  la matanza hace unas semanas de decenas de  niños en una escuela de Peshawar,  Pakistán, del asesinato hace unos años de centenares de niños de una escuela en Beslán,  Rusia, del secuestro de las ya olvidadas niñas nigerianas, del atentado a la sede de  la comunidad judía argentina  en Buenos Aires en 1994, de  los atentados suicidas en discotecas, restaurantes, buses y universidades en Israel a comienzos del milenio, del asalto al centro comercial en Nairobi, Kenia, del asesinato del cineasta holandés Teo Van Gogh, de las decapitaciones y lapidaciones del Estado Islámico en  el Levante, de la masacre en la ciudad india de Mumbai, ataques en varias ciudades europeas contra objetivos judíos y de otros innumerables hechos de sangre.   Los seguidores de una ideología intolerante que destruyó los Budas gigantes en Bamiyan, Afganistán  y los monumentos históricos en la ciudad de Timbuktu, Mali. Una ideología impulsada por imanes radicales en mezquitas   y por las redes sociales que ha llevado a nativos del viejo continente  y de otras latitudes  a cometer actos como los que ocurrieron en Francia y  a que miles de jóvenes europeos, hombres y mujeres se hayan  unido a las filas del  Estado Islámico en Siria e Irak y a otras organizaciones  involucradas  en  a la Yihad global. Tras los acontecimientos de Francia y otros menos mediáticos  que han ocurrido  recientemente, Europa enfrenta un doble desafío: Por un lado el  fortalecimiento  de la xenofobia anti islámica en un continente que cuenta  con  millones de musulmanes entre sus habitantes y que ha vivido en los últimos años  un significativo  ascenso de la extrema derecha xenófoba  y por otro el terrorismo, que se fermenta al interior de esas comunidades en individuos para quienes la ideología del Islam radical es un  irresistible  magneto.   Los ataques de París  por sus implicaciones  pueden ser  comparados con un “Septiembre 11 europeo”  pues   podrían generar  importantes   transformaciones.  En los organismos de seguridad, mucho más seguimiento a individuos miembros de una minoría religiosa  y  una política migratoria más restrictiva. A nivel de los estamentos del Estado y de la sociedad un  análisis de  qué ha fallado  y  cómo lograr una mayor integración  de colectivos humanos  que se sienten  marginados, como tomar en cuenta las sensibilidades religiosas  y como estas chocan con sacrosantos principios de la democracia occidental como la libertad de expresión.  Diciente de esta dicotomía, un trino  que  generó  decenas de miles  de “retweets”   decía “soy musulmán y morí defendiendo a quienes insultan mi religión”, personificando al policía asesinado por los terroristas  en el andén frente a Charly Hebdo.   El desafió  llega a la necesidad de incluso  replantear   lo que en pleno siglo XXI constituye  la identidad   europea. Y en el otro lado  han surgido   llamados de intelectuales y clérigos musulmanes de varias latitudes,  a hacer un auto análisis de porqué en nombre de su religión y de su Dios se cometen tantos crímenes de sangre.   

El siguiente artículo se está cargando

Caracol Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad