Si para ella la penetración es dolorosa o difícil
El vaginismo y la dispareunia son disfunciones que afectan a la mujer, y que sin la debida información pueden pasar como frigidez.

Dentro de las muchas malas consecuencias que tiene la desinformación con la que se cría a las mujeres tanto en sus hogares como en las escuelas y colegios –y aún en las universidades- se encuentran dos disfunciones muy estrechamente relacionadas entre sí
Por una parte; el vaginismo, que consiste en la contracción involuntaria de los músculos perigenitales cerrando fuertemente la vagina hasta el punto de hacer muy difícil o imposible la penetración. En algunas oportunidades es tan fuerte la contracción que es difícil hasta una penetración digital
Por otra parte; la dispareunia, que consiste en los malestares o dolores que se presentan antes, durante o después de una penetración. Antes, cuando solamente con los juegos sexuales del preludio y por la excitación ya se comienzan a presentar molestias en la zona perigenital hasta el punto de que en ocasiones la mujer tiene que detener el procedimiento porque no soporta el malestar. Durante, cuando las molestias son causadas por, o durante, la penetración misma. Después, cuando las molestias se presentan pasado un tiempo de haber concluido la respuesta o el encuentro sexual
El vaginismo, frecuentemente de origen psicológico, requiere un tratamiento que consiste en acercar progresivamente a la mujer a una penetración peneal mediante aproximaciones sucesivas en las que se la va entrenando simultáneamente en manejo de ansiedad con estrategias de relajación muscular hasta que ella se apropie de la sensación de control sobre su ansiedad y la verificación y convicción de que una penetración no le causará daño. Este procedimiento requiere del acompañamiento de un terapeuta experto que mantenga bajo control todas las variables que pudieran interferir con el buen desarrollo del protocolo de intervención
La dispareunia, frecuentemente de origen estructural o médico, requiere de un tratamiento con medicamentos o con cirugía para la corrección o atenuación de las alteraciones estructurales o funcionales
Cuando el vaginismo no es de origen claramente psicológico o cuando la dispareunia no es de origen claramente médico, se recomiendan intervenciones multidisciplinarias para su tratamiento; aunque nunca sobra esta combinación cualquiera sea el origen de la problemática
El vaginismo se asocia principalmente con la convicción o temor de la mujer a que la penetración le cause algún daño o malestar. Frecuentemente las mujeres que sufren de vaginismo reportan la asociación de una penetración peneal o digital con lo que sería una herida causada por arma blanca cortopunzante. El propósito del tratamiento, en este caso, es el de ayudar a la mujer a enfrentar y vencer el temor a la penetración, permitiéndola y verificando que en lugar de malestar o lesión puede experimentar placer y satisfacción. En algunos casos el vaginismo es causado por contracciones no psicógenas de los músculos perigenitales, lo que amerita la intervención de otros profesionales para determinar la reversibilidad o tratamiento de la problemática
La dispareunia puede tener muchas etiologías o causas que van desde alteraciones de las estructuras del aparato sexual (p.e. vagina tabicada, tejidos no elásticos, malformaciones vasculares, etc.), pasando por alteraciones endocrinas (problemas hormonales, fase del ciclo menstrual, mala lubricación crónica, etc.) hasta reacciones alérgicas al humor o fluidos de la pareja (p.e. alergia al sudor o grasa de la pareja, reacción alérgica al semen, etc.) sin ignorar causas circunstanciales como la falta de lubricación por menopausia, distracción, rechazo o ansiedad durante el encuentro sexual. Obviamente, en la dispareunia se hace necesario un chequeo multidisciplinario inicial para un buen diagnóstico diferencial y tratamiento adecuado
La vida sexual es una opción de comunicación sublime con la persona que amamos, no la desperdiciemos sufriendo disfunciones que son tratables. Consultemos…



