La inmoralidad humana en las relaciones sexuales
La sexualidad humana rompió todos los preceptos de la naturaleza animal: No copulamos para procrear, hacemos el amor para disfrutar. Y disfrutar implica no caer en monotonías
He propuesto que si bien la testosterona determina en mucho nuestra disposición para tener relaciones sexuales, hoy el factor más importante resulta ser la sublime comunicación social que se establece con otra persona y las sensaciones y sentimientos involucrados
No podemos negar la importancia de sentir y disfrutar la compañía de la otra persona, amar y ser amados, su piel, su calor, sus besos, su placer y el nuestro, sus orgasmos y los nuestros y todo ello absolutamente ajeno a la procreación
La conciencia que nos da nuestro cerebro nos ha propuesto modificaciones en nuestro comportamiento sexual: algunas pasan desapercibidas, otras son bienvenidas y muchas son rechazadas según nuestros códigos éticos y morales circunstanciales
Nuestros encuentros sexuales eran dorsoventrales; esto es, con penetraciones en las que la mujer se inclinaba hacia adelante o se colocaba en posición cuadrúpeda y el hombre parado o arrodillado tras ella, la asía por la cintura o los hombros y la penetraba desde atrás
Qué momento tan importante aquel en que los humanos propusimos la alternativa de penetraciones ventroventrales (frente a frente) para que nuestras manos quedaran libres para acariciar, nuestros ojos dispuestos a mirar a los ojos de nuestra pareja y nuestra boca dispuesta a besar en la boca
La propuesta hoy se entendería apenas como una variante en posiciones sexuales; pero este simple cambio fue el verdadero comienzo de la Sexualidad Humana; trascendental pero ignorado para la mayoría de la gente
La osadía de nuestros antepasados para probar una variante en nuestras posiciones sexuales nos diferenció en mucho del resto de los animales y nos consolidó humanos; pero, irónicamente, hoy para muchas personas las variantes en las posiciones sexuales les resultan inmorales
Nuestras manos quedaron libres para acariciar, para recorrer y explorar, para estimular y excitar a la otra persona y sin embargo para muchos esa opción ha sido y sigue siendo inmoral
Nuestra boca quedó libre para besar y acariciar, para recorrer y explorar, para estimular y excitar a la otra persona y sin embargo para muchos esa opción ha sido y sigue siendo aún más inmoral; es sexo oral
Más atrevidos aún quienes han osado explorar penetraciones no genitales: No son pocos los hombres y mujeres –todos ellos inmorales para muchos- que reportan inmenso placer por exploraciones o penetraciones anales
La evolución humana nos ha llevado a (y es el resultado de) explorar; y explorando hemos cometido errores; pero pagando el precio de algunos pocos errores inevitables, hemos progresado
Somos lo que somos por nuestra curiosidad, característica que nos define y nos enorgullece. La Sexualidad Humana no puede ser una excepción. Nuestra curiosidad no deja afuera a la sexualidad y más bien la incluye con prioridades y nos hace explorar
Dejemos a un lado la moralidad y quedémonos con la Ética y la Prudencia. Nuestra vida sexual es un asunto que vivimos en pareja y las reglas las establece esa misma pareja. Lo que para una pareja está bien, entonces está bien para ellos y no hay autoridad alguna que pueda refutarlos o juzgarlos. Dejémoslos disfrutar su intimidad
En cuanto a la prudencia nos atrevemos a mencionar que, orgullosos de la curiosidad humana y promotores de la exploración sexual, recomendamos ir paso a paso y sin arriesgarlo todo a un solo ensayo. La prudencia es el resultado de tomar riesgos controlados y cada vez más osados pero que a su vez estén determinados por nuestro conocimiento, la ciencia y el sentido común
Nuestra vida sexual es para gozarla. Libérese de tontas inmoralidades, desinhíbase y disfrute la curiosidad, la exploración y la novedad. ¡Adelante!