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La Infanta Elena se robó el corazón de los boquilleros

La primogénita de los Reyes de España pasó por la sede de la fundación Proboquilla, en donde compartió con los niños que gracias a ella han podido mejorar su calidad de vida.

La Infanta Elena se robó el corazón de los boquilleros

Por Juan Carlos CerónLa brisa calida del mar Caribe rozaba su rostro sonriente, bajo su sombrero sabanero, mientras un coro celestial de niños entonaba canciones propias de la región. La Infanta Elena, la hija mayor de los reyes de España, adornaba la postal viva, que mostraba toda la belleza natural del corregimiento de La Boquilla, un sitió mágico pero con graves problemas de pobreza, ubicado a pocos kilómetros de Cartagena, una ciudad incrustada en la costa norte de Colombiana, en América del Sur

La primogénita de don Juan Carlos de Borbón y doña Sofía de Grecia, estuvo de paso por la sede de la fundación Proboquilla, en donde compartió con los niños que gracias a ella han podido mejorar su calidad de vida. Fernando Garrido, director del Instituto de Acción Social de la Fundación Mafre, quien estuvo todo el tiempo al lado de la infanta, señaló que estaba feliz de compartir con los menores. “Ella está encantada de la visita de conocer estos proyectos de primera mano porque ella esta trabajando en la Fundación Mafre, ella está feliz de conocer Colombia porque es su primer viaje y preocupándose por conocer cada uno de los detalles que se están desarrollando en este proyecto”

Pero la infanta, hizo también las veces de reportera grafica, retratando los rostros de los menores que con su atuendo de sombrero vueltiao, sus abarcas tres puntá, su camisa y pantalón blanco y pañoleta con los colores de la bandera colombiana, propio de la región, quienes sonreían constantemente pese a lo trajinado de su día a día

“Estaba admirada de ver como los niños de una zona tan deprimida también es posible que sean felices, la oportunidad que se les está dando desde aquí, la verdad es que es grandiosa”, dijo el presidente de la Fundación

Los niños, quienes además interpretaron una ronda infantil afro-caribeña, llamada Sí, Sí, Sí, quedaron encantados con la Infanta Elena

Con su rostro sonriente, Melisa Ortega de siete años, aseguró que: “Se ve que es muy cariñosa y muy amable con los niños

Por su parte, Esleidys Jiménez Cabarcas de 8 años de edad, en medio de su asombro dijo. “Es muy linda y lo que mas me impactó fue cuando le entregaron las flores. Le dieron la bienvenida y se echó a reír y nos dijo que estábamos muy lindos y que parecíamos una muñecas”

Elegante y siempre fresca, la Infanta Elena, no apagó ni un solo instante su sonrisa y prometió volver a saludar a sus cerca de 100 amiguitos que dejó en el corregimiento de La Boquilla, un lugár mágico, con unas playas hermosas, un mar de tres colores, pero con la penuria de tener a cientos de familias sumidas en la pobreza, en un pequeño recodo de la costa norte de Colombia

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