Argentinos ponen la otra mejilla tras victoria inglesa

BUENOS AIRES.---- Los argentinos salieron el viernes a las calles a manifestar su tristeza y decepción por la derrota de su equipo ante Inglaterra en el Mundial de Corea y Japón, aunque mantuvieron encendida la esperanza de clasificar para la segunda ronda del torneo.
Aunque entró al campo de juego como uno de los favoritos para quedarse con la copa del mundo, la selección albiceleste abandonó el estadio tras caer por 1-0 ante el equipo inglés, que saboreó su victoria como una revancha de derrotas pasadas a manos de los argentinos.
Apenas el árbitro italiano Pierluigi Collina marcó el final del encuentro, las calles de Buenos Aires y algunas ciudades del resto del país que habían estado desiertas durante el partido comenzaron a poblarse de fanáticos que, a pesar de la derrota hicieron blandir, sus tambores y cornetas.
Para muchos, una victoria ante Inglaterra era una de las pocas alegrías que le podía deparar un país con su economía quebrada y niveles históricos de pobreza y desempleo.
"Es un poco jodido debido a la situación que estamos pasando todos. Podría haber sido una alegría para el pueblo", dijo un anciano en el centro de Buenos Aires.
Sin embargo, la congoja se mezcló con la esperanza de otros, que salieron a gritar con fuerza: "Vamos Argentina, que todavía se puede". "No hay que lamentarse. Tenemos que mantener la esperanza porque vamos a clasificar", dijo eufórico un pensionado, mientras a su alrededor cientos de simpatizantes llegaban al mítico Obelisco, habitual centro de festejos en la capital argentina.
La caída ante Inglaterra dejó al equipo dirigido por Marcelo Bielsa con la obligación de ganarle a Suecia para clasificar a los octavos de final.
"Este partido con Suecia lo vamos a ganar. Le vamos a volver a ganar a Inglaterra y vamos a ser los campeones del mundo", agregó un joven, quien sueña con que la selección albiceleste se encuentre nuevamente con los británicos en un estadio.
Desde muy temprano, los argentinos se prepararon para vivir un viernes diferente.
En bares, oficinas y escuelas siguieron por televisión las alternativas del encuentro más esperado desde que el sorteo para el Mundial los cruzó con los ingleses en el Grupo F, conocido como el "grupo de la muerte".
En tanto, las vidrieras de locales de venta de artículos electrónicos, donde los televisores sintonizaban al partido mundialista, se abarrotaron de transeúntes.
UNA HISTORIA DE ENFRETAMIENTOS
Argentina e Inglaterra escribieron un nuevo capítulo en su rica historia de enfrentamientos futbolísticos, alguna vez teñidos por la política.
La enemistad deportiva nació en el Mundial de 1966, jugado en Inglaterra, cuando el mediocampista argentino Antonio Rattín fue expulsado ante los locales y antes de retirarse arrugó una bandera británica provocando el repudio de los aficionados británicos en el mítico estadio de Wembley.
En 1982, la rivalidad superó los límites del campo de juego cuando ambos países libraron una corta pero sangrienta guerra por la soberanía de las Islas Malvinas en manos británicas.
Del Mundial de México 1986 quedarán grabados para siempre en la memoria de argentinos e ingleses los dos famosos goles del astro Diego Maradona, el primero con la mano y el segundo con una jugada magistral considerado la semana pasada por el sitio de Internet de la FIFA como el mejor de todos los tiempos.
El antecedente más fresco antes del encuentro de este viernes era en la Copa del Mundo Francia 1998, cuando Argentina eliminó a Inglaterra por penales en los octavos de final del torneo después de igualar 2-2 en los 90 minutos reglamentarios.
En ese encuentro, la estrella David Beckham fue expulsado por una supuesta falta que teatralizó el mediocampista argentino Diego Simeone.
Ahora, Beckham logró su revancha, al convertir el tanto que le valió al victoria a su equipo.