Información sobre alimentación sana, estrategia contra la obesidad
El consumo de dietas hiperenergéticas ricas en grasas saturadas, azucares y sal, además del sedentarismo (que en Latinoamérica llega al 80 %), está haciendo que la obesidad se incremente cada día.
Esta patología fue uno de los temas centrales de la reciente sesión de la Cátedra José Celestino Mutis de la Universidad Nacional de Colombia, que abordó los desórdenes alimenticios.
Al respecto, uno de los invitados fue Rafael Jiménez Lira, profesor de la carrera Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso (Chile), afirmó que es importante despertar la conciencia de los jóvenes en relación con el riesgo que significa el consumo exagerado de alimentos y las ventajas de llevar una vida saludable.
La humanidad actualmente tiene problemas de sobrepeso y obesidad, dijo el experto, quien agregó que unos 1.200 millones de personas padecen de la primera y 660 millones de la segunda.
La sociedad debe tener claro que la obesidad también causa enfermedades como diabetes e hipertensión, que generalmente desembocan en problemas cardiovasculares.
Según el educador, para hacer frente a este problema lo primero que se debe hacer es tener una buena información que permita saber qué es saludable y qué no lo es: “la naturaleza nos ha entregado todo lo que necesitamos para alimentarnos”, subrayó; sin embargo, la producción de alimentos procesados es uno de los factores que más incide en las cifras de la obesidad, que en Colombia alcanza los 4,3 millones de personas.
En este sentido, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que estos productos, entre los que se encuentran las bebidas azucaradas, aumentan la problemática en la población sin discriminación de edad.
La información también debe contener datos de los alimentos más naturales, de modo que las personas incorporen productos con fibra dietética que permiten un buen proceso digestivo y eviten la hiperinsulinemia (exceso de insulina en la sangre), que también es una consecuencia del consumo de alimentos ultrarrefinados, que lo que hacen es producir más hambre y obligan a las personas a comer más calorías de las que son capaces de gastar, pero terminan convertidos en tejido graso.
“La naturaleza dotó al hombre de la capacidad de reservar energías para consumirlas en tiempo de hambrunas, lo que pasa es que esta palabra ya no existe en gran parte del mundo”, dijo el profesor Jiménez Lira, quien agregó que al haber mayor acceso a los alimentos, se ingiere más.
Para combatir todo esto es necesario tener una alimentación saludable, ordenada y determinar cuáles son los tiempos de comida; la recomendación del experto es que se deben ingerir entre cuatro y cinco porciones pequeñas de comidas al día, y deben estar distribuidas entre los diferentes grupos alimenticios: vegetales, cereales y carnes, entre otros, sin descuidar la actividad física.
U.N. Salud