Director del Idipron: “Perdoné al asesino de mi hermano”

Hace 25 años en la ciudad de Medellín, el hermano del actual director del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Carlos Marín, fue asesinado luego de ser atacado por la espalda por uno de sus compañeros, en una época en la que la violencia se tomó la capital de Antioquia.

“En lo primero que pensé fue en vengar la muerte de mi hermano, pero hice una reflexión: ¿por qué voy a seguir con esta cadena de violencia? Así que opté por el perdón, en dejarle las cosas a la vida, a Dios, a la naturaleza. Este episodio doloroso marcó mi vida, al igual que el asesinato de algunos de mis amigos en la década de los noventa”, contó Marín.

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Confesó en Caracol Radio que por años terminó cargando con un arma blanca. “Me preguntaba: si soy un funcionario público, ¿por qué tengo que cargar con esto, para qué sirve? No quiero maltratar el cuerpo de nadie. Así que la entregué durante el lanzamiento de la estrategia Desarme por la Vida”.

De acuerdo a cifras de la Secretaría de Seguridad, el 62 % de los homicidios en Bogotá ocurren con armas de fuego, el 31 % con armas cortopunzantes y el 7 % con armas contundentes. Los hurtos se cometen, en un 59 % con armas blancas, el 13 % con armas contundentes y el resto con armas de fuego.

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“En mis noches de desvelo, veo que en las redes sociales se evidencian casos de justicia por mano propia, que han tomado fuerza en los últimos años. Cogen al ladrón y, en vez de entregarlo a las autoridades, lo castigan. Así que está estrategia pretende recuperar la confianza con la Policía y en las instituciones del Estado”, dijo Marín.

El director del Idipron además explicó otras actividades sociales que pretenden arrebatar los jóvenes a la delincuencia y criminalidad. “Por ejemplo, contamos con Caminar Relajado, en donde recorremos barrios con altos índices delictivos. Es liderado por raperos que fueron pandilleros y ahora se dedican a entablar diálogos con estos jóvenes y les ofrecen los programas que tenemos en educación y empleo”.

Carlos Marín invitó a la ciudadanía a desarmarse, a confiar en las instituciones, en el perdón y la reconciliación. “Involucramos a la comunidad, a los barrios, a los sectores privado y público, para que las armas no hagan parte de la cotidianidad de la ciudad y así, cortar con el eslabón de la violencia y la inseguridad”.