Microtráfico con menores venezolanos, el gran negocio de las bacrim
Los adolescentes son reclutados por estas estructuras ilegales que los obligan a vender drogas en calles y barrios de Santa Marta.
SANDRA VALLEJO, SECRETARIA DE SEGURIDAD Y CONVIVENCIA DEL DISTRITO
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En Santa Marta hay preocupación por la presencia de redes al servicio del narcotráfico que están reclutando a menores de edad procedentes de Venezuela, para la venta de estupefacientes en diferentes localidades y es de esta manera como sostienen el negocio ilegal del microtráfico.
Un reciente informe de la Secretaría de Seguridad y Convivencia del Distrito reveló que, a través de la mendicidad, los adolescentes del vecino país son instrumentalizados por bandas criminales que los enseñan a pasar desaparecidos ante las autoridades judiciales que realizan operativos migratorios.
El problema identificado por la Policía Judicial de Santa Marta es que los adolescentes no solo son usados por estas estructuras ilegales, sino también por sus padres de familia, quienes les imponen cuotas diarias de ventas y de no cumplir con las metas establecidas por estas mafias criminales, son golpeados e incluso amenazados.
Labores investigativas han determinado que esta situación no solo se da en la población venezolana, sino también en adolescentes y niños que viven en condición de mendicidad en Santa Marta.
SEGUIMIENTO A LAS BANDAS
Frente a la identificación de las bandas criminales, la Policía y la Fiscalía General de la Nación tienen en el radar operativo a varias de ellas y en conjunto con Migración Colombia y la Secretaría de Seguridad y Convivencia Ciudadana, se están llevando a cabo mesas de trabajo para concretar estrategias que permitan desmantelarlas.
Una de estas organizaciones de delincuencia común que ha sido afectada por las autoridades es la denominada ‘Yeico Masacre’, la cual tiene su origen en Venezuela y se ha hecho muy conocida entre las autoridades colombianas porque sus integrantes dan a conocer en las redes sociales sus acciones criminales.
En Santa Marta concentran sus operaciones en barrios como Once de Noviembre, Timayuí, Bastidas y La Paz, de acuerdo a los informes judiciales de las Policía Metropolitana de la ciudad.
Uno de los efectos o fenómenos a los que también se le hace seguimiento y control son las invasiones desarrolladas por personas profesionales, utilizando familias venezolanas, engañandolos con el pretexto de la entrega de terrenos y dinero y luego los extorsionan para que desocupen.
Otra de las modalidades es que los instrumentalizan para la ocupación del predio, generando alteración del orden público para dificultar luego a los entes territoriales, en la recuperación de los mismos.