VIDEO: Así está la vía a Curos tras 45 días de la avalancha

Bucaramanga

Richard Jerez trabaja como contratista de Invías; su labor es regular el paso de vehículos por un tramo de la carretera nacional entre Bucaramanga y San Gil, unos kilómetros adelante de Piedecuesta; hasta febrero pasado vivía sin mayores problemas en la vereda Recreo Bajo.

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La noche del 26 de febrero, la quebrada del mismo nombre, que nace en la parte alta de las montañas ubicadas en el oriente del área metropolitana de Bucaramanga, bajó crecida; se trajo todo a su paso, incluso un viejo puente. El afluente se llevó parte de la carretera antes de unirse a la quebrada Grande que corre paralela a la vía nacional.

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El señor Jerez asegura que desde su casa escuchó los ruidos, pero solo fue hasta la mañana del 27 cuando cayó en cuenta de la magnitud de los daños; la avalancha destruyó una batea que les permitía el paso hacia el lugar donde residen; sus vecinos, perdieron parte de los inmuebles, en especial una mujer que ahora vive con una hija en Piedecuesta.

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Casi 45 días luego del desastre, Invías ocupó a gente del lugar en labores como la regulación del tráfico vehicular porque la calzada tiene paso restringido a un carril. Enfundado en un overol naranja y ubicado en el sitio El Mejoral relata que "cuando llueve se daña el paso provisional".

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Como ese sector hay otros tres de la carretera entre Piedecuesta y Curos donde persisten las afectaciones.

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