Orden Público

Colombia tiene 35.000 armas de fuego menos

Las armas, en su mayoría incautadas a grupos criminales, fueron destruidas en la Siderúrgica Nacional (Sidenal) de Sogamoso, Boyacá.

Armas Farc

Armas Farc(Colprensa / Archivo)

Tunja (Colombia)

En lo corrido del mes de noviembre de 2017, se han fundido más de 35.000 armas de fuego decomisadas por jueces, fiscales, unidades militares y de la Policía Nacional, y por devolución voluntaria de los ciudadanos, servicios de vigilancia y organismos del Estado diferentes a la Fuerza Pública.

De acuerdo con información del Departamento Control Comercio de Armas, Municiones y Explosivos, desde 2010 hasta el 2017 se han fundido en los hornos de la Siderúrgica Nacional (Sidenal), ubicada en Sogamoso (Boyacá), 297.184 armas de fuego que no circularán más por el país, sino que este metal es convertido en material para la construcción, contribuyendo así las Fuerzas Militares y demás entes del Estado al desarrollo del país.

La medida se ejecuta en cumplimiento a lo establecido en el artículo 100 del Decreto 2535 de 1993 que establecen el deber legal del Estado de destruir el material decomisado que se encuentre inservible, obsoleto o en desuso y no pueda ser reconvertido o utilizado por la Fuerza Pública. También, en cumplimiento a las obligaciones adquiridas a nivel internacional que impone sacar de circulación las armas utilizadas en la comisión de delitos que han estado involucradas en procesos penales o por el uso indebido que hacen los ciudadanos de las mismas o simplemente porque ya no las quieren tener.

Dentro de las armas destruidas “se encuentran revólveres, pistolas, escopetas, fusiles, subametralladoras, lanzagranadas, morteros, ametralladoras, trabuco, utilizadas por la delincuencia y ciudadanos que incumplen la norma del porte y tenencia de las armas”, dijo el inspector General de las Fuerzas Militares, mayor general Juan Pablo Amaya Kerguelen.

Agregó que “es importante resaltar el esfuerzo de los jueces, fiscales, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, ya que al emitir los decomisos definitivos a favor del Estado, facilitan el trabajo en la lucha contra la delincuencia, el uso ilegal e indebido de las armas de fuego y el tráfico ilícito; flagelos que afectan nuestra nación”.

Una vez las armas son clasificadas y seleccionadas se almacenan transitoriamente y se da comienzo al proceso de auditoria por parte del Ministerio de Defensa Nacional y la Inspección del Comando General de las Fuerzas Militares, donde son verificadas con su respectiva documentación, lo que soporta su destinación final: la destrucción.

“El control de las armas de fuego se convierte en una de las mayores preocupaciones del Comando General de las Fuerzas Militares. Por eso hoy podemos decirle a la comunidad que hay 35.013 armas menos y continuaremos con el firme propósito de fundir todo aquel material bélico que sea utilizado en contra de la paz”, concluyó el inspector General de las Fuerzas Militares.

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