Clamor por la unión y la reconciliación

Caldas

La naturaleza dio un escenario perfecto para marchar por la paz en la tarde noche- noche de este miércoles en Manizales. Al menos 2 mil manizaleños se congregaron en la sede central de la Universidad de Caldas y antes de dar el primer paso en pro de la anhelada paz se maravillaron con los hermosos colores que tomó el cielo cuando el sol se escondía en el horizonte y el Nevado del Ruiz recubierto de nieve, emitía una enorme columna de ceniza que por los rayos del astro rey se tornaba amarillenta.

Las banderas de la paz y de Colombia sobresalían sobre un compacto río de jóvenes, estudiantes, docentes, integrantes de comunidades diversas, líderes políticos y ciudadanos en general que con una antorcha o una vela en mano clamaron para que en nuestro país se le ponga el sello de fin a más de cinco décadas de guerra con la guerrilla de Las Farc, conflicto que ha aterrorizado a la nación y ha cobrado la vida de más de 260 mil personas.

El arco de La Universidad Nacional fue el punto de partida. La multitud camino por la Avenida Lindsay hasta llegar al sector del Cable frente a la facultad de arquitectura donde los marchantes cantaron para pedir que los colombianos no seamos indiferentes a la situación que actualmente vive el país, tras el triunfo del no sobre el sí, el pasado domingo en la jornada del plebiscito.

“Solo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente, que la reseca muerta no me encuentre” coreó la multitud dirigida por la estudiante de música Dayana Quintero que con su voz le puso color a esta melodía que hizo famosa a nivel mundial la desaparecida argentina Mercedes Ossa. “Es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente, solo de Armónica, solo le pido a Dios”.

Una vez terminado el hermoso canto que se volvió el himno de esta marcha, el silencio se volvió el protagonista. Los manizaleños siguieron su caminata por la Avenida Santander hasta llegar al Parque de La Mujer Luz Marina Zuluaga donde nuevamente se clamó para que los colombianos que apoyaron el sí, el no y hasta los abstencionistas se unan en una sola fuerza para que Colombia cambie la hoja de la guerra y empieza a escribir historias en paz.