Los niños ahora tienen parque infantil donde hace unos años hubo guerra
El Ejército y el Ministerio de Defensa construyen 90 parques en todo el país en zonas que años atrás fueron afectadas por la guerra. En Caldas entregaron dos de estos juegos infantiles.

Caldas
El sonido de dos helicópteros hizo correr hacia la cancha de fútbol a decenas de niños con sus profesoras. Los pequeños llevaban banderitas de Colombia pintadas en sus mejillas y otras de papel en sus manos.
Esta vez los pequeños corrieron con felicidad a ver el aterrizaje de las aeronaves militares, en las que llegaron el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas y varios funcionarios de los gobiernos departamentales y locales, quienes inauguraron un parque infantil, en la vereda Meremita de Aguadas al norte de Caldas.
Algunos sacaron sus celulares y aprovecharon para grabar la aproximación de los helicópteros, pues era un momento único para ellos.
Los más pequeñitos nunca habían visto un helicóptero y quienes ya están bordeando los 15 a 17 años, las veces que vieron estos vehículos aéreos de cerca fue años atrás cuando el Ejército y la Policía sobrevolaban la zona persiguiendo a guerrilleros y paramilitares como Baez, Karina, Jhonatan, entre otros insurgentes que sembraron el terror y cobraron las vidas de varios familiares de estos infantes.
El ministro acompañado del gobernador encargado de Caldas, Ricardo Gómez Giraldo y varios de sus funcionarios finalmente llegaron a la parte central de la vereda, saludaron a los pobladores y con los acordes de la banda del batallón Ayacucho de Manizales hicieron actos protocolarios previos a la entrega del parque infantil.
Tras escuchar al ministro hablar de paz y que Caldas hace unos cuantos años es territorio de posconflicto llegó el momento más esperado por los niños. Quitar la banda para dar como oficial la entrega del parque.
“Por fin terminó de hablar el doctor y nos van a dejar subir en los juegos”, dijo Cristian Camilo Rodríguez uno de los menores que tan pronto el Ministro llamó a los niños a jugar, corrió a trepar por la telaraña y a tirarse por el delizadero.
La alegría de estos menores con el parque, que construyó el batallón de ingenieros del Ejército contrastó con los momentos de dolor que y miedo que a finales de los 90 y comienzos de los 2 mil padecieron los habitantes de esta zona, quienes pese al paso de los días y la erradicación de estos grupos en la zona, aún tienen fresco en la memoria los malos recuerdos de las desapariciones, asesinatos y torturas que fueron víctimas ellos o varios de sus seres queridos.
“Es muy lindo ver a estos niños reír y gritar emocionados porque vino el Ejército a traerles juegos y brigadas de salud. No como en el 2002 cuando venían esos grupos a matar. A mi casa, allí detrás del Centro de Salud llegaron una noche los ‘paras’. Escuché cuando desaseguraron los fusiles y luego tocaron la puerta. No les quise abrir y les grite que yo sabía que iban a matar a mi hijo. Ellos tumbaron la puerta y entraron hasta el cuarto. Le descargaron esas armas a mi muchacho2, relató doña María Doris Ramírez habitante de Meremita y víctima de los paramilitares.
Al caminar por las polvorientas calles de la vereda se siguen encontrando relatos de aquellas noches de violencia, pero también comentarios en corrillos dónde los vecinos dicen que se ilusionan con una paz, aunque siguen temerosos y prefieren que nadie los escuche hablar de cómo fueron las incursiones de los “gerrillos y paracos”



