Federico Gutiérrez asumirá este viernes como alcalde de Medellín

En el Museo de Arte Moderno- MAMM de la capital antioqueña, Federico Gutiérrez Zuluaga asumirá este viernes como alcalde de Medellín para el periodo 2016- 2019.

Aunque la Medellín es una ciudad destacada en el mundo por su transformación social, innovación, tecnología, entre otros, el alcalde Gutiérrez Zuluaga tendrá varios retos como seguridad, movilidad, empleo y posconflicto.

En esos cuatro renglones hay materias pendientes, de acuerdo con el concepto de analistas e investigadores y de acuerdo con los planteamientos consagrados en los estudios de percepción de la Corporación Medellín Cómo Vamos.

Hablemos de cada reto:

1. SEGURIDAD

Si bien Medellín terminó el año con una sensible disminución del índice de homicidios, no ocurre lo mismo con otros delitos, que aunque menos graves, sí generan en la comunidad una enorme sensación de intranquilidad.

Simultáneamente con la baja en los índices de homicidio, se ha presentado un aumento paulatino de la comisión de delitos contra el ciudadano. Medellín cerrará el año con menos de 500 homicidios lo cual supone un índice cercano a los 20 por cada cien mil habitantes, el más bajo en cuatro décadas. En 2011 era de 69 por cada cien mil habitantes.

Sin embargo, los índices de otros delitos en espacio público han subido. En el último estudio de Medellín Cómo Vamos, el 65 por ciento de los ciudadanos encuestados señalan haber sido víctimas de un atraco o raponazo. Y un 73 por ciento consideran una alta probabilidad de volver a ser víctimas de una situación similar.

En Medellín, como ocurre en otras ciudades del país, la extorsión es generalizada. No hay sector que no sufra esa presencia delincuencial en especial en zonas como el Centro de la ciudad.

A ello se suma que las bandas criminales tienen el control de ciertas zonas y allí dominan, entre otras actividades, el expendio de grogas y de alimentos básicos como huevos o arepas e incluso el de licores, según denuncia de la FLA (Fábrica de Licores de Antioquia).

Los reyos en este campo son evidentes: continuar con la reducción en los índices de homicidios pero luchar por la baja en los índices de otros delitos y recuperar las zonas en las cuales hay dominio de las bandas delincuenciales.

2. MOVILIDAD

La movilidad se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza en Medellín. Al aumento desproporcionado del parque automotor se une la realización de varias obras, como Parques del Río Medellín, que han generado un verdadero colapso en zonas de alto tráfico.

Es necesario consolidar el Sistema Integrado de Transporte en el Valle de Aburrá, de tal manera que a los ciudadanos se les ofrezca una opción cómoda, segura y económica. Ello supone nuevas rutas o nuevos medios y la modernización o crecimiento de los actuales para que estén a la altura de los volúmenes de hoy.

Adicionalmente será necesario mantener una dinámica de construcción de obras importantes tales como el corredor de la carrera 80, la ampliación del Metroplús hacia el sur del Área Metropolitana, o los pasos a desnivel en algunos cruces caóticos como los que corresponden a la calle 10 o la Avenida Las Vegas.

Pero ante todo, es fundamental seguir trabajando en la generación o afianzamiento de una cultura de la movilidad a través de medios de transporte público, mediante estímulos para sus usuarios y contrariamente, la desincentivación al uso de los vehículos particulares.

3. EMPLEO

Medellín sigue con problemas en la generación de empleo.

La capital antioqueña, en el trimestre julio-septiembre de 2015, tuvo un índice de desempleo de 10,1 por ciento, cifra que fue superior al promedio nacional de 9 por ciento.

El Observatorio del Empleo en la ciudad ha expresado su preocupación por que a ello se suman dos variables: la primera, el alto grado de empleo informal (hoy, del 47 por ciento) y la segunda, que el 31 por ciento de la población ocupada de la ciudad lo hace por más de 48 horas semanales.

Por eso, uno de los grandes retos de la ciudad tiene que ver con la necesidad de impactar el desarrollo económico, por ejemplo con el fortalecimiento del proyecto de Medellín Ciudad Clúster, que busca desde hace años, la especialización productiva de las empresas antioqueñas para que sean más competitivas. Es hora de una revisión que incluso debe llevar a la creación de nuevos clúster y el redireccionamiento de otros que ameritan ajustes por cambios en el entorno.

La ciudad debe además fortalecer las alianzas público privadas, ante los buenos frutos que se han generado mediante la gestión de grandes proyectos para Medellín.

También se deberá impulsar el programa Antioquia exporta más, ya que en ese renglón las cifras presentan una disminución significativa.

En general es necesario modernizar las empresas e impactarlas mediante procesos efectivos y concretos de innovación para que sumen en competitividad.

4. POSTCONFLICTO

Medellín deberá trazar y poner en marcha vigorosos procesos de reinserción.

Un estudio elaborado por la Universidad Eafit, denominado Retos de Seguridad y Convivencia en un escenario postconflicto en la ciudad de Medellín, define algunas líneas acerca de lo que habría que hacer en el 2016:

La implementación de los acuerdos pasará por el fortalecimiento del Estado en los territorios. Uno de los principales desafíos, identificado por los expertos, se relaciona con la institucionalidad local, y cómo esta deberá alistarse para el escenario de postconflicto.

Conectado intrínsecamente con el anterior reto, se encuentra el tema de la reforma de las Fuerzas Armadas y la Policía, especialmente de esta última. Se señala entre los expertos que se debe prestar atención a la corrupción y los nexos con la ilegalidad que se presentan en ciertos casos, lo cual ha debilitado la confianza ciudadana, sobre todo en la Policía.

A ello se suma una especie de Plan Reconstrucción de Antioquia con base en los territorios, dado que es probable que los desmovilizados lleguen a las zonas rurales del departamento y a la ruralidad de la misma ciudad.

Los expertos coinciden en que el gran desafío general es hacer que la desmovilización sea efectiva. Para esto y aunque se tengan muy significativas experiencias con los desmovilizados de las AUC, es necesario generar un nuevo modelo con rutas y acciones particulares para el perfil de desmovilizados provenientes de las Farc.

Los desafíos que los desmovilizados presentaron en los grupos focales se orientan a distintos temas que van desde la sensibilización a los empresarios como a la mejora de las rutas de seguridad y de atención psicosocial y apoyo económico.

Un tercer reto se asocia a todo lo que implicará la reintegración social y comunitaria. Si bien hay aprendizajes en el trabajo de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y metodologías de apoyo en diferentes temas, los expertos dicen que esto implica un trabajo de acompañamiento permanente a los mismos desmovilizados pero también a las víctimas y las comunidades.

En cuanto a los retos puntuales que tendrá la política de reparación a víctimas, los expertos señalaron el logro de la reparación precisamente como el desafío más apremiante de este tema. También se mencionaron la verdad y reparación simbólica, el reconocimiento de las víctimas, asuntos de la política social, la institucionalidad y recursos, y la relación entre las víctimas y los desmovilizados.

En esta medida, algunas opiniones aseguran que los retos fuertes y apremiantes serán de tipo político y simbólico, puesto que luego de una eventual firma del proceso de paz se pueden generar conflictos sociales que van a requerir esfuerzos que busquen promover mecanismos de transformación cultural, teniendo en cuenta que existe, según los expertos, “una naturalización de la violencia y la persistencia de la cultura de la ilegalidad”.

Ahora bien, el gran desafío, el reto macro, que se precisa en torno a este tema tiene que ver con tratar de reducir la desigualdad. El estudio señala que “si la brecha entre ricos y pobres continúa es muy tenaz para la ciudad salir adelante en esta nueva etapa”.