Un año sin Paula Nicole y con escasez de gasolina
La violencia en Tumaco también marcó al departamento, afectado por la violencia guerrillera que trata de calmarse con el proceso de paz.
La desaparición de la niña Paula Nicole Palacios hace un año se ha constituido en uno de los casos más enigmáticos para los organismos investigativos en el departamento de Nariño. En el 2015 se logró por fin una luz para determinar la suerte de la pequeña oriunda del municipio de Buesaco con la captura de cinco personas que estarían implicadas en el caso.
La versión inicial de que la menor habría sido entregada a una red de tráfico de órganos dejó estupefactos a los nariñenses, sin embargo no es la única hipótesis en la que trabajan los investigadores para establecer realmente que ocurrió con la pequeña, quien cumplió seis años alejada de su familia residente en el corregimiento de San Antonio.
Nariño vivió una recurrente escasez de gasolina a mediados y fin de mes. Con el argumento de que el cupo asignando para esta zona del país no es suficiente para abastecer la demanda, los distribuidores minoristas cerraron temporalmente algunas estaciones y posteriormente debieron limitar la venta en acatamiento a medidas administrativas de las alcaldías para evitar el desabastecimiento.
Movilizaciones de ciudadanos y taxistas no fueron suficientes para que se llegue a una solución definitiva. En diciembre se acudió a adelantos de cupo de meses subsiguientes para no afectar la movilidad y las actividades económicas habituales.
Tragedia ambiental
Los atentados terroristas perpetrados contra la policía y la infraestructura energética y petrolera en Tumaco este 2015 agobiaron a la población del puerto nariñense, que se enfrentó a días de zozobra por el lanzamiento de artefactos explosivos de manera indiscriminada.
Sin lugar a dudas el hecho más grave por estos actos de violencia atribuidos a las Farc fue el derrame en el mes de junio de 410.000 galones de crudo tras una carga activada en contra del oleoducto Trasandino.
Para el país esta fue la tragedia ambiental más compleja ocurrida en la última década por el incalculable daño ocasionado a fuentes hídricas como Pianulpí, y los ríos Guisa y Mira, además de la vegetación de la zona.
