Los cuestionamientos al crédito y subsidio de Finagro para Juan José Lafaurie como “pequeño productor”
José Félix Lafaurie, en respuesta a las denuncias, defendió el proyecto social de su hijo, argumentando que el crédito no es un privilegio, sino una política pública para incentivar la permanencia en el campo.

Juan José Lafaurie Cabal | Foto: Cortesía
Un crédito de fomento y un subsidio de capitalización rural otorgados a Juan José Lafaurie Cabal, hijo de la senadora María Fernanda Cabal y el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, han desatado una fuerte controversia, generando cuestionamientos sobre la coherencia política de la familia y la transparencia en la asignación de recursos estatales.
Juan José Lafaurie Cabal, abogado penalista, se presentó en abril de 2024 ante el Banco Serfinanza como pequeño productor en una oficina en el Cesar. Declaró que su patrimonio e ingresos anuales se ajustaban a los límites para ser considerado pequeño productor, lo que le permitió acceder a un crédito de fomento para sembrar palma de aceite.
Crédito por $400 millones para sembrar palma de aceite
Según las revelaciones de Daniel Coronell, el préstamo, a tasa preferencial, ascendió a 400 millones de pesos, con cargo al Fondo de Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro). El Estado, a través del Fondo Agropecuario de Garantías (FAG), avaló el 80% de la deuda.
Lo más llamativo de la operación fue la concesión de un Incentivo de Capitalización Rural (ICR) en noviembre de 2024 por el monto máximo permitido: 95.996.800 pesos. Este incentivo, que no debe ser devuelto, representa casi el 25% del crédito. Lo anterior contradice la postura pública de la senadora María Fernanda Cabal y su hijo, quienes han rechazado los subsidios como parte de su mensaje político.
La polémica se intensifica al conocerse que, mientras Juan José Lafaurie tramitaba y recibía el desembolso del crédito, su padre, José Félix Lafaurie, era miembro de la Junta Directiva de Finagro. Aunque la junta no decide las operaciones crediticias individuales, es el máximo organismo de administración de Finagro. José Félix Lafaurie, quien fue miembro de la junta de Finagro por 16 años —desde el 22 de noviembre de 2007 hasta el 17 de junio de 2024—, afirmó que no tenía por qué informar a los demás miembros sobre la operación de su hijo. Sin embargo, otras personas que pasaron por esa junta discrepan de su opinión.
La Contraloría General de la República decidió efectuar una visita de auditoría a la finca donde se debería estar realizando la inversión. Algunos documentos relacionados con esta visita han planteado nuevas preguntas. Juan José Lafaurie Cabal, quien se negó a dar entrevistas, no atendió la visita de la Contraloría. En su lugar, lo hizo Harold Niño Castillo, funcionario del Fondo Nacional del Ganado, una entidad que maneja recursos parafiscales.
José Félix Lafaurie defiende el impacto del proyecto de su hijo
José Félix Lafaurie, en respuesta a las denuncias, defendió la operación, argumentando que el crédito no es un privilegio. “Este crédito no es un privilegio. Es una política pública de incentivo para que la gente no abandone el campo”, afirmó. También destacó el impacto social del proyecto: “Sabía que esas 40 hectáreas generan más de 10 empleos formales con salud y pensión, para personas que podrían estar en la informalidad o peor, atrapadas en la ilegalidad”.
Sobre la participación de su hijo, Lafaurie expresó: “Que mi hijo trabaje en el campo no es un favor ni una ventaja. Es la herencia que quiso mi abuelo de mi padre, mi padre de mí y yo de mis hijos. Una tradición de esfuerzo y trabajo honesto”. Respecto a su rol en Finagro, Lafaurie aclaró que el ICR fue otorgado cuando él ya no era parte de la junta directiva, aunque las fechas presentadas por Coronell sugieren lo contrario. “Cuando le dieron el incentivo ya yo no era de la Junta de Finagro”, sostuvo.
Otro punto de controversia es la declaración de Juan José Lafaurie Cabal en el formulario de solicitud de crédito, donde marcó que la tierra era propia, certificando ser el dueño de la finca número 3. En los documentos publicados por el periodista, se certifica que los recursos destinados a siembra de palma de aceite se desarrollan en el lote 3 de la Hacienda Guadalajara. Sin embargo, los registros mercantiles dan cuenta que los únicos dueños de la tierra son María Fernanda Cabal y sus hijos: Denisse, Luisa Fernanda y Santiago.
José Félix Lafaurie indicó que la finca pertenece a la sociedad familiar Inversiones Lafaurie Cabal S.A.S y que su hijo la posee bajo un comodato. Al ser confrontado con esta información, desafío a Coronell a presentar una denuncia: “Eso que usted dice no es cierto. Póngalo en la Fiscalía para que vea cómo un abogado penalista de una vez le zampa una demanda por falsa denuncia. Póngala”.
La estructuración del crédito también ha sido objeto de análisis. El cultivo de palma de aceite es improductivo durante los primeros cuatro años, pero el crédito fue estructurada 36 meses. Esto plantea interrogantes sobre cómo un pequeño productor, con un patrimonio declarado de 129 millones de pesos y un crédito de 400 millones, podría generar los flujos de caja necesarios para pagar en ese plazo.
José Félix Lafaurie admitió que él firmó el pagaré y que, si su hijo no paga, él tendrá que responder por el 20% de la deuda, ya que el 80% está avalado por el Estado. “Igualmente que mi como cuando mi padre me hizo me firmó y pagaré como yo le afirmé el pagaré a hacer finanzas, porque el pagaré está firmado por mí. Si no paga Yo tendré que responder”, explicó el presidente de Fedegán.




