¿Qué papel tiene la salud cardiovascular en la etapa de la menopausia? Experta explica
Los cambios físicos, la fatiga persistente y las alteraciones del sueño propias de la menopausia pueden dificultar la consolidación de nuevos hábitos.

Menopausia imagen de referencia. Foto: Getty Images. / Sean De Burca
La menopausia marca mucho más que el cierre del ciclo reproductivo, también es una transformación biológica profunda que reorganiza el metabolismo y la salud cardiovascular de las mujeres.
Aproximadamente desde los 45 años, la disminución sostenida de estrógeno y progesterona altera la manera en que el cuerpo regula y procesa las grasas. Esto facilita el aumento del colesterol y la aparición de dislipidemias, lo que crea un terreno propicio para enfermedades del corazón.
Como resultado, crece el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares, un escenario que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. En el caso de Colombia, los efectos son especialmente evidentes.
Para 2023, más del 25 % de las muertes femeninas estuvieron asociadas a patologías cardiovasculares, un indicador claro de la urgencia por fortalecer la prevención y la educación en salud durante esta etapa vital.
No obstante, esta transición ocurre justo cuando muchas mujeres enfrentan altas demandas laborales y familiares, lo que dificulta dedicar tiempo al autocuidado. Cuando se reconocen estos desafíos, es más fácil promover una vida más saludable y consciente durante la menopausia.
¿Qué papel juegan los hábitos y la adherencia al tratamiento en esta etapa?
Aunque cerca del 80 % de las enfermedades cardíacas pueden prevenirse, los esfuerzos de prevención suelen quedar relegados por rutinas intensas, altos niveles de estrés y la dificultad de sostener hábitos saludables en el tiempo.
Según la Dra. Marcela Patricia Pérez, experta en salud femenina, que además es directora médica de ‘Abbott’, para muchas mujeres con colesterol elevado, mantener un tratamiento farmacológico exige una disciplina diaria que no siempre es fácil de integrar en la vida cotidiana.
Los datos internacionales reflejan esta realidad. Casi la mitad de los pacientes no toma sus medicamentos según lo prescrito y una tercera parte ni siquiera reclama sus recetas.
En Colombia, la adherencia al tratamiento en enfermedades no transmisibles alcanza apenas el 59 %, una cifra que evidencia la magnitud del desafío. La menopausia añade un componente adicional de complejidad.
Desde la perspectiva de Pérez, los cambios físicos, la fatiga persistente y las alteraciones del sueño propias de esta etapa pueden dificultar la consolidación de nuevos hábitos, especialmente aquellos que requieren constancia diaria, como la toma adecuada de medicamentos.
¿Cómo pueden las herramientas digitales apoyar a la salud cardiovascular de las mujeres durante la etapa de la menopausia?
En los últimos años, han surgido diversas plataformas y aplicaciones diseñadas para acompañar a las personas que viven con enfermedades crónicas y necesitan mantener rutinas de salud constantes.
Investigaciones publicadas en ‘Frontiers in Digital Health’ señalan que estas herramientas pueden mejorar la adherencia en pacientes con colesterol elevado al incorporar recordatorios inteligentes, seguimiento personalizado y contenidos educativos que fortalecen el compromiso con el tratamiento.
Entre estas alternativas, por ejemplo, existen opciones dentro de la oferta como ‘a:care’, aplicaciones que funcionan como un apoyo cotidiano para quienes deben tomar medicación diaria.
Para las mujeres que atraviesan la transición menopáusica, estas opciones de asistencia digital pueden resultar valiosas. La disminución hormonal incrementa los riesgos cardiovasculares y, al mismo tiempo, los síntomas como la fatiga o la alteración del sueño pueden dificultar la constancia en los hábitos.
Finalmente, cabe acotar que integrar estas soluciones tecnológicas en la rutina diaria ayuda a reducir olvidos, fortalecer la disciplina y promover un autocuidado más consciente.




