“El Gobierno Nacional nos dejó solos”: obispo de Buenaventura, Monseñor Rubén Dario Jaramillo
La mayor preocupación es por el confinamiento de comunidades en la zona rural, advierte el prelado católico

“El Gobierno Nacional nos dejó solos”: obispo de Buenaventura, Monseñor Rubén Dario Jaramillo
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Buenaventura
El obispo de Buenaventura, Monseñor Rubén Darío Jaramillo, en diálogo con el PERSONAJE DE CARACOL RADIO, lamentó que el Gobierno Nacional haya dejado sola a Buenaventura en su propósito de lograr una paz urbana para reducir la violencia y las muertes, especialmente de jóvenes.
“Hemos logrado ir haciendo acuerdos entre las bandas para que respeten la vida y creo que eso es lo que nos ha ayudado. Estamos en el marco del espacio socio jurídico por la paz. Recordemos que aquí no hay mesa de paz, porque para que haya mesa se necesita un marco jurídico sobre el cual negociar. Por lo tanto, no se está negociando con las bandas ni entre las bandas, no es una negociación”, insistió el obispo de Buenaventura.
Shotas vs. Espartanos
Recordó monseñor Jaramillo que se trata de un acuerdo que ante todo busca una tregua que las dos bandas hacen para no enfrentarse y ahí se paran los crímenes en Buenaventura y reiteró que seguirán adelante con la esperanza de ir construyendo una cultura distinta de paz.
Frente a la cultura de paz, explicó que se busca involucrar a los jóvenes que militan en estas bandas porque son ellos mismos los que piden que les brinden condiciones para ayudar con la transformación de sus territorios ya que de Buenaventura no se van a ir.
No hay empleo
Sobre las condiciones que reclaman los jóvenes de Buenaventura y que tienen que ver con empleo, el obispo Jaramillo analizó que no hay empresas desde hace muchos años, porque ante la violencia se están retirando del distrito, entre ellas 250 microempresas que se han ido a otras ciudades, según informes de la Cámara de Comercio.
Monseñor Rubén Darío Jaramillo recordó que uno de los pedidos y de las apuestas que le están haciendo ahora con el empresariado, el Comité Gremial, la Cámara de Comercio, los portuarios y la comunidad en general, es que apoyen varias estrategias para atraer empresas a la región.
“Han quedado, por ejemplo, de invertir en canchas, de generar espacios de encuentro más grandes, acompañamientos a las comunidades, fortalecimiento comunitario, pero siempre el tema es que faltan recursos, que no hay dinero para la paz, mientras esos muchachos tienen hijos y terminan en estas bandas“, expresó el prelado católico.
Enfatizó monseñor Jaramillo que, si no se resuelve el tema del agua, porque no hay servicio durante las 24 horas, como van venir empresas a generar empleo sin este servicio básico.
Confinamiento en la zona rural
La principal preocupación es la zona rural de Buenaventura en el corregimiento del Bajo Calima, en límites con el Chocó, donde hay zozobra y miedo por enfrentamientos de las grupos criminales, especialmente del ELN contra las disidencias de las Farc .
“El Bajo Calima ha sido un territorio muy disputado por los grupos criminales porque es una ruta que baja del río Bajo Calima, se encuentra en un punto llamado Palestina con el río San Juan y de ahí ya sale al Mar Pacífico. Y por el río San Juan se comunica todo el Chocó especialmente con Istmina”, describió el obispo de Buenaventura.
Destacó que esta es una ruta utilizada también por las bandas criminales e ilegales que explotan el oro y transportan estupefacientes donde causan con sus confrontaciones que la población quede confinada.
“No los no dejan salir, no dejan entrar, no podemos asistirlos, no pueden reunirse, las casas las pintaron, la gente está con miedo, hay balaceras en la zona que llamamos nosotros las colonias, donde dentro del mismo poblado combaten estos grupos y esto es lo que genera un miedo y estamos angustiados porque también carecen de alimentos”, narró con preocupación monseñor Rubén Dario Jaramillo.
Esta situación impide la llegada de atención en salud con medicamentos y alimentos, pero se ha logrado que la Armada Nacional acompañe la posibilidad de llegar con ciertos productos, pero con mucha restricción, ya que la armada no se queda y sale de la zona y es cuando estos grupos ilegales aprovechan la ausencia del estado.
¿Cómo es el recorrido hacia el Bajo Calima?
El obispo Jaramillo que ha logrado visitar estos territorios describió así la manera de llegar a esta zona rural del puerto sobre el pacífico:
“Una es saliendo de Buenaventura donde hay una ruta que se abre a través de Villa Estela y llega un punto en el cual se ingresa a la zona del Bajo Calima, pero si sigue por la vía que va hacia un terminal portuario, más abajo hay otra ruta que llega una vereda llamada San Isidro que es a unas 2 horas más abajo por el río Bajo Calima. Son solo dos carreteables, de resto todo es por lancha, porque allá en el Bajo Calima baja el río que viene de la represa de Calima y ese se vuelve un río grande, que se reencuentra con el río San Juan, que es un río navegable muy grande que tiene varios afluentes y es el río que une todo el Pacífico con el Chocó”.
¿De qué viven?
En la zona hay explotación de madera, cultivan cacao, hay pesca, explotación de oro con minas ilegales y también hay unos cultivos ilícitos.
Son comunidades afros e indígenas, en cerca de 18 veredas, solo en la cuenca del río Bajo Calima.
El obispo de Buenaventura, Monseñor Rubén Darío Jaramillo, terminó diciendo que van a seguir adelante en la búsqueda de la paz, porque la esperanza es lo último que se pierde.
“Seguimos adelante, primero apoyados en Dios, en la oración y en la fe. Segundo, en la unión comunitaria, porque somos muy fuertes, en la división todos somos débiles y todos perdemos. Que Dios nos bendiga y feliz día para todos”, puntualizó.
Escuché la entrevista completa a continuación:

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