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“86 días sin respuestas”: Padre de Valeria Afanador revela las negligencias que se presentaron

Su familia denuncia graves fallas en investigación. Un plantón une a familias de desaparecidos que exigen respuestas urgentes de la Fiscalía.

Manuel Afanador, padre de Valeria Afanador.

Manuel Afanador, padre de Valeria Afanador.

En un testimonio cargado de dolor y determinación, Manuel Afanador, padre de Valeria Afanador, la menor de 12 años cuyo cuerpo fue encontrado tras 18 días de desaparición en Cajicá, reveló a Caracol Radio las graves falencias que, según su familia, han marcado la investigación del caso. A 86 días del hallazgo, la Fiscalía no ha proporcionado respuestas concretas sobre lo sucedido.

Desde el monumento a Jaime Garzón, donde se desarrolla un plantón de familias de personas desaparecidas, Afanador expresó con voz quebrada: “Yo dejé a mi hija en el colegio y la recogí en una morgue”, resumiendo la tragedia que cambió su vida para siempre el pasado 12 de agosto.

Familias unidas por la misma lucha

El plantón, que reúne a familias de Tatiana Hernández (desaparecida en Cartagena), Angela Sofía y otros casos emblemáticos, evidencia un patrón común: la desesperante lentitud de las investigaciones y la falta de resultados concretos por parte de la Fiscalía General de la Nación.

“Nos hemos encontrado con silencio, negligencia, demoras, falta de resultados”, afirmó Afanador, destacando que la fundación “Familiares de Personas Desaparecidas” ha unido estas voces para exigir colectivamente “verdad, celeridad y justicia”.

La movilización, que recorre la Avenida La Esperanza hacia el búnker de la Fiscalía, representa el grito acumulado de cientos de familias que esperan por respuestas que parecen no llegar nunca. “No es posible que pasen días, meses, años y no haya resultado de las personas desaparecidas”, añadió el doliente padre.

Negligencias documentadas

En un revelador testimonio, Afanador detalló cómo su familia se vio obligada a interponer una acción de tutela solo para poder acceder al expediente de investigación, donde descubrieron lo que califican como “una serie de negligencias desde el día uno”.

“Encontramos errores en temas técnicos que podrían haber llegado ya a una solución, a un indicio”, explicó, refiriéndose a oportunidades perdidas que podrían haber aclarado más rápidamente lo sucedido con su hija.

La hipótesis de la familia se mantiene firme: Valeria no salió voluntariamente del colegio. “Mi hija fue raptada del colegio, de eso estoy completamente seguro”, afirmó con convicción el padre, basándose en su conocimiento profundo de la personalidad y hábitos de la menor.

Evidencia crítica sin analizar

Uno de los aspectos más preocupantes que reveló Afanador es que, 86 días después del hallazgo del cuerpo, la investigación todavía no ha accedido a videos cruciales que podrían contener pistas determinantes.

“Los comportamientos de esos días que se filtraron en las redes sociales, a los cuales aún todavía no se ni siquiera han podido tener acceso”, denunció, refiriéndose a material visual que permanece sin analizar pese a su potencial valor probatorio.

Esta demora en recopilar y analizar evidencia digital básica representa, según la familia, una de las múltiples fallas que han obstaculizado el avance de la investigación.

El colegio: un actor en el centro de la controversia

Mientras la familia lucha por respuestas, el colegio donde ocurrió la desaparición continúa operando normalmente, situación que genera profundo dolor e indignación en los Afanador.

“El colegio sigue operando, el colegio se burla de nuestro dolor”, expresó Manuel Afanador, cuestionando la normalidad con la que la institución educativa ha retomado sus actividades mientras ellos enfrentan la ausencia eterna de Valeria.

La familia mantiene serias dudas sobre las condiciones de seguridad del plantel educativo y exige una investigación exhaustiva sobre los protocolos de protección que existían cuando ocurrió la desaparición.

Justicia para todos los desaparecidos

La lucha de la familia Afanador ha trascendido su dolor personal para convertirse en un símbolo de la lucha colectiva por justicia para todas las personas desaparecidas en Colombia.

“Hoy estamos gritando por Tatiana, por Claudia Patricia, por Santiago, por muchas otras personas que hoy en día están desaparecidas con meses y años, y no hay una sola respuesta”, declaró Afanador, visibilizando la crisis nacional de desapariciones que afecta a cientos de familias.

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