Una ruana, un canto y un abrazo: Tunja despidió el FICC 2025 con alma campesina
El gesto de don Joaquín al entregar una ruana a Marco Antonio Solís marcó el cierre del Festival Internacional de la Cultura Campesina, símbolo de unión entre el arte boyacense y la música latinoamericana.

FOTO _ PRENDA FICC 2025
Anoche, Tunja se iluminó con la voz inconfundible de Marco Antonio Solís, quien cerró con broche de oro la versión 52 del Festival Internacional de la Cultura Campesina (FICC). Pero el momento más emotivo de la velada llegó cuando don Joaquín, artista boyacense, subió al escenario para entregarle una ruana al ídolo mexicano: un gesto sencillo, pero cargado de simbolismo, que representó el abrigo, la identidad y el orgullo de un pueblo que vive su cultura con el corazón.
Horas antes, el mismo don Joaquín había cantado en ese escenario, llevando con su voz el eco del campo boyacense. Su encuentro con Solís fue más que un saludo: fue un abrazo entre culturas, un recordatorio de que el arte une lo que las fronteras separan. En ese instante, el espíritu del FICC se hizo palpable: la unión de lo local y lo universal, de las raíces campesinas con la grandeza de la música latinoamericana.
Con 18 países participantes, 15 departamentos representados y más de 400 eventos celebrando la vida rural, el FICC 2025 cerró con una imagen imborrable: la de un símbolo boyacense entregado a uno de los grandes de la música. Tunja despidió su festival con gratitud y esperanza, reafirmando que la cultura campesina no solo se honra: se teje, se canta y se comparte desde cada rincón de América Latina.



