Economía

Esta es la moneda colombiana antigua por la que coleccionistas pagarían hasta 10 millones de pesos

Al ofrecer este tipo de monedas en las subastas, se maximiza la exposición y la posibilidad de obtener un mejor valor por cada pieza.

Monedas colombianas, imagen de referencia (Getty Images).

Monedas colombianas, imagen de referencia (Getty Images).

La numismática es una disciplina que trasciende el simple valor monetario de las piezas, de esta manera, permite explorar la historia, el arte y la cultura a través de monedas y billetes.

Es importante considerar que cada ejemplar cuenta una historia. Desde la representación de líderes y símbolos nacionales hasta detalles artísticos que reflejan la identidad de una época.

La cotización de monedas coleccionables en el mercado depende de diversos factores, siendo la rareza uno de los más determinantes. Cuanto menor sea la disponibilidad de una emisión, mayor será el interés de los coleccionistas.

Por otra parte, la conservación influye significativamente; una moneda impecable puede alcanzar precios muy superiores a otra en mal estado. Tenga en cuenta que el contexto histórico añade valor, ya que ciertas piezas evocan acontecimientos memorables o momentos de transformación social.

Más allá de la inversión financiera, muchos coleccionistas encuentran en esta práctica un puente hacia el pasado y un medio para resguardar fragmentos tangibles de la memoria humana.

¿Qué es importante saber sobre las monedas de cuproníquel colombianas, de antes de 1930?

Las monedas de cuproníquel emitidas en Colombia antes de 1930 representan un capítulo particular en la historia monetaria del país. Fueron instrumentos de intercambio, pero también símbolos de un tiempo de transición económica y social.

Su introducción respondió a la necesidad de reducir costos frente a la acuñación en metales preciosos, como la plata, en un contexto marcado por la inestabilidad económica y los efectos de las guerras civiles.

Este cambio material reflejó la búsqueda de alternativas más accesibles para sostener la circulación monetaria en medio de crisis recurrentes. Desde el punto de vista numismático, estas piezas se distinguen por su rareza actual, ya que muchas se desgastaron en circulación o fueron retiradas y fundidas.

Encontrarlas en buen estado es poco común, lo que incrementa su valor entre coleccionistas. Además, ofrecen un atractivo especial por la calidad artística de sus diseños. Por ejemplo, retratos alegóricos de la libertad, el escudo nacional y referencias agrícolas, todos concebidos como afirmaciones de identidad y progreso.

Adicionalmente, estas monedas condensan la simbología de un país que, a inicios del siglo XX, intentaba consolidar su unidad nacional mientras transitaba hacia un sistema monetario moderno. Por ende, hoy son apreciadas como piezas de memoria tangible.

¿Cuál es la moneda colombiana por la que pagan hasta 10 millones de pesos?

La moneda colombiana que puede alcanzar un valor de hasta 10 millones de pesos es la de 2 centavos, emitida en 1922 y hecha de cuproníquel. Es importante destacar que en el anverso tiene las letras ‘República de Colombia’ y efigie Libertad.

Debe tener en cuenta que su alto precio se debe a su escasez, lo que lo convierte en una pieza altamente valorada por coleccionistas.

Según el ‘Catálogo de Monedas y Billetes de Colombia’, desarrollado por el ingeniero, especialista financiero y fundador de la ASOCOPA, Pedro Hernández, el valor de esta moneda depende de su estado de conservación:

Si está en condición regular, puede costar alrededor de 3.000.000 pesos; en estado aceptable, 4.000.000; en buen estado, 5.000.000; en muy buen estado, 9.000.000; y si está en excelente estado puede llegar hasta los 10.000.000 de pesos.

Las monedas antiguas en Colombia se comercializan principalmente a través de coleccionistas privados, ferias numismáticas, casas especializadas y comunidades en línea.

Aunque el Banco de la República no adquiere piezas fuera de circulación, sí ofrece servicios de cambio para billetes deteriorados o de alta denominación por otros de menor valor y monedas vigentes.

Finalmente, cabe agregar que la introducción de la nueva familia de monedas en 2012 y de billetes en 2016, redujo notablemente la presencia de ejemplares anteriores en la vida cotidiana. Esa escasez, sumada a su valor histórico y simbólico, incrementa el interés de los coleccionistas y su cotización en el mercado.

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