En 18 años se redujo a la mitad la natalidad en Antioquia, revela Antioquia cómo vamos
El envejecimiento, el rezago educativo, la violencia y la informalidad laboral son alertas en el reporte 2025.

Caramanta, Antioquia
Medellín, Antioquia
Antioquia enfrenta una transformación demográfica profunda: en menos de dos décadas, la tasa de natalidad se redujo a la mitad y la fecundidad llegó a 1,6 hijos por mujer, nivel comparable al de países como Japón. Aunque el departamento muestra señales de crecimiento económico, el envejecimiento poblacional plantea desafíos urgentes para las políticas públicas en educación, salud, trabajo y seguridad social.
El dato hace parte del más reciente informe de Antioquia Cómo Vamos, que en su versión 2025 advierte que los hogares crecen más rápido que la población. Mientras la cantidad de personas creció un 11% en seis años, los hogares aumentaron un 22%, y predominan los de una o dos personas.
Además, uno de cada cuatro hogares en el departamento es monoparental, y en el 86% de estos los hijos están a cargo de la madre. La carga económica es evidente: el 70% de los hogares encabezados por mujeres con tres o más hijos vive en pobreza monetaria. En contraste, entre hogares sin niños la cifra se reduce al 14%.
Empleo e ingresos: crecimiento económico con informalidad persistente
Entre 2021 y 2024, los ingresos de los trabajadores dependientes en Antioquia crecieron un 12,3%, mientras en el país el incremento fue del 3%. La diferencia promedio de ingresos frente al resto del país pasó de $20.000 en 2021 a $170.000 en 2024.
Pese a esta mejora, la informalidad afecta aproximadamente a la mitad de los ocupados, con fuertes diferencias entre regiones. En el Urabá, por ejemplo, la informalidad agrícola es cercana al 50%, mientras en el Bajo Cauca alcanza el 80%. Además, 2 de cada 10 personas viven del “rebusque”.
Hay más de dos millones de antioqueños por fuera del mercado laboral. De ellos, 159 mil personas —en su mayoría mujeres y jóvenes— no buscan trabajo, pero estarían dispuestas a trabajar. Esto evidencia la necesidad de fortalecer los sistemas de cuidado.
Seguridad alimentaria y desnutrición: crisis persistente tras la pandemia
En 2024, el 28% de los hogares en Antioquia reportó inseguridad alimentaria moderada o severa, superando el promedio nacional del 25,5%. La situación es más crítica en las zonas rurales (32%) que en las urbanas (27%). Desde 2019, los precios de los alimentos han subido un 71%.
La desnutrición aguda infantil también es un reto: este año se detectaron 2.547 casos en menores de cinco años. Urabá, Magdalena Medio y Nordeste presentan tasas críticas. El Plan Centinela permitió atender el 80% de los casos, aunque un 22% son reincidentes.
En mortalidad por desnutrición, las muertes bajaron de 17 en 2023 a 14 en 2024 y a 3 en lo corrido de 2025. La tendencia es a la baja, pero persisten focos de alerta.
Educación: rezago desde la primaria hasta la universidad
El informe señala que 4 de cada 10 estudiantes no alcanzan las competencias mínimas en lectura crítica en las pruebas Saber 11, el peor indicador entre los departamentos comparables. Más del 40% de niños de 1° y 2° grado requiere refuerzo en fluidez lectora.
Entre las causas del rezago se destacan el bajo desempeño de colegios rurales, el rezago en instituciones privadas frente a otros departamentos, y un menor porcentaje de docentes con posgrado (56% frente al 76% en otros territorios).
En educación superior, 2 de cada 5 jóvenes no se sienten preparados para ingresar y el 70% cree que su formación no se relaciona con su empleo. Aunque la matrícula universitaria aumentó, en programas técnicos y tecnológicos disminuyó en más de 28 mil estudiantes entre 2019 y 2024.
Violencia y crimen organizado: oro, coca y desplazamiento
Antioquia enfrenta una escalada en la violencia asociada a economías ilegales. La producción de cocaína en el país creció un 90% entre 2021 y 2023, mientras que los cultivos de coca en el departamento se multiplicaron por 7 desde 2015, alcanzando 18.800 hectáreas.
El 70% del oro exportado estaría ligado a estructuras criminales. Antioquia es el departamento con más minas ilegales intervenidas por la fuerza pública.
En 2024, los grupos armados causaron el 85% de los homicidios y los enfrentamientos aumentaron un 55%. La tasa de homicidios en zonas como Nordeste, Bajo Cauca, Norte y Suroeste triplica el promedio departamental. El 50% de los homicidios ocurre en veredas y corregimientos.
La violencia también se refleja en los hogares. En promedio, se reportan 65 casos diarios de violencia de género, con un 64% de subregistro. La pandemia exacerbó esta problemática.
Medioambiente: más eventos naturales, menos capacidad de respuesta
Antioquia es el segundo departamento más afectado por eventos naturales. La frecuencia de estos se multiplicó por siete: de 50 por año entre 1998 y 2007, a 357 entre 2019 y 2023. El 93% de los desastres tienen origen climático.
Desde 2001 se ha perdido un área de bosque equivalente a dos veces el Valle de Aburrá. Hoy, 58 municipios están en amenaza alta o muy alta, y 27 en amenaza media.
Además, el relleno sanitario La Pradera, que recibe el 81% de los residuos del departamento, solo tiene vida útil hasta 2030. Medellín, que genera el 45% de los residuos, apenas alcanza un 14% de aprovechamiento.



