No hay desabastecimiento, pero el cierre de la vía al Llano es pan de cada día: presidente de la SAC

El cierre de la vía al Llano, uno de los corredores viales más importantes del país, comienza a encender las alarmas en el sector agrícola y en los mercados mayoristas de Bogotá. Aunque hasta el momento no se registra desabastecimiento, los productores y gremios advierten que, de prolongarse la emergencia, el impacto podría sentirse en los precios de la canasta básica y en la competitividad de los Llanos Orientales.

Es por esto que el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, habló el jueves 11 de septiembre en los micrófonos de 6AM de Caracol Radio y explicó los riesgos que enfrenta el país con esta nueva afectación vial y detalló la magnitud de lo que está en juego.

Bedoya, aseguró que la vía que conecta Bogotá con Villavicencio no solo es un corredor turístico, sino que también es vital para el flujo de alimentos hacia la capital, pues recordó que de esta región llegan productos estratégicos como:

• Más de 3.000 toneladas de arroz diarias abastecen a Bogotá desde el Meta y Casanare.
• Cada semana, el departamento del Meta despacha cerca de 1.952 toneladas de carne de pollo hacia la ciudad.
• La Altillanura aporta el 10 % de la porcicultura nacional y el 14 % de la piscicultura.
• También se transportan grandes volúmenes de plátano, yuca, carne bovina y otros perecederos.

“Cada vez que hay un derrumbe en la vía, se convierte en un viacrucis para los productores y para la ciudad. No hay soluciones estructurales, y esto genera incertidumbre, sobre todo cuando hablamos de animales vivos o productos perecederos que no pueden esperar”, señaló Bedoya.

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Asimismo, el líder gremial subrayó que las rutas alternas existentes, como la vía del Sisga o la de Pajarito, no son una solución real para el transporte de carga:

“Son trayectos mucho más largos, con limitaciones de peso para camiones superiores a 20 toneladas. Esto le resta competitividad a los Llanos y hace que los transportadores lo piensen dos veces antes de llevar productos por esas vías”, explicó.

De acuerdo con la SAC, el problema no solo radica en el sobrecosto del transporte, sino también en el riesgo de que las cargas se represen y no puedan llegar a tiempo a los centros de consumo, lo que puede generar pérdidas millonarias para los agricultores.

¿Habrá desabastecimiento?

Bedoya explicó que Bogotá tiene la ventaja de abastecerse también de otras zonas productoras del país, lo que ayuda a mitigar el riesgo inmediato, por lo que desde la SAC Por descartan un escenario crítico.

“Hablar de desabastecimiento es mayor, significaría que no hay oferta de un producto. Eso no lo vemos por ahora en pollo, cerdo ni arroz, aunque sí puede haber reducciones en el volumen que llega a Corabastos y otras centrales”, agregó.

Por su parte, frente al aumento en los precios de los alimentos, aunque todavía no hay un alza generalizada, Corabastos ya reporta incrementos en algunos productos que dependen directamente de la región llanera, como la cebolla, el plátano y la yuca.

“Hasta el momento no hay un incremento fuerte en los precios gracias a que Bogotá recibe alimentos de varias zonas del país. Pero el transporte más caro y los recorridos más largos inevitablemente presionan los costos”, explicó el presidente de la SAC.

Finalmente, Bedoya hizo un llamado al gobierno para buscar soluciones de fondo a este problema que ha afectado la movilidad durante varios años.

“No podemos seguir dependiendo de medidas improvisadas como desvíos de emergencia o aperturas parciales. Esto afecta la confianza de los productores y transportadores, y golpea la economía regional”, concluyó Bedoya.

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