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Oro como inversión: ¿qué debe saber antes de comprar?

El atractivo del oro se enfoca en que suele comportarse de forma distinta a los mercados tradicionales.

Lingotes de oro sobre fondo amarillo negro con gráficas en subida (Getty Images)

Lingotes de oro sobre fondo amarillo negro con gráficas en subida (Getty Images)

El oro ha mantenido durante siglos la reputación de ser un refugio financiero frente a las crisis o la inestabilidad. Su atractivo, principalmente, se enfoca en que suele comportarse de forma distinta a los mercados tradicionales, como las acciones, los bonos o las divisas, lo que lo convierte en una alternativa buscada en contextos de incertidumbre económica o conflictos internacionales.

Sin embargo, expertos advierten que no se trata de un activo infalible. Michael Unger, vicepresidente de inversiones y planificación en ‘Coral Gables Trust’, señaló que incluso puede experimentar caídas inesperadas en los primeros momentos de una crisis bursátil, ya que muchos inversionistas se ven obligados a vender oro para cubrir pérdidas en otros mercados.

Adicionalmente, su valor está estrechamente influenciado por factores externos, como la fortaleza del dólar o los rendimientos de los bonos, lo que añade un grado de volatilidad a su comportamiento. Por ende, aunque es un componente útil en la diversificación de portafolios, no garantiza seguridad absoluta.

¿Qué formas existen para invertir en oro?

Tenga en cuenta que invertir en oro no significa únicamente adquirir lingotes tradicionales. Existen múltiples alternativas como monedas, joyas, fondos cotizados en bolsa, acciones de compañías mineras y contratos de futuros, cada una con características y riesgos particulares.

Según Brett Elliott, de ‘American Precious Metals Exchange’, los lingotes físicos resultan atractivos para quienes buscan protegerse en el largo plazo.

No obstante, implican pagar una prima en la compra, asumir costos de almacenamiento seguro y enfrentar una carga fiscal similar a la aplicada a bienes de colección.

Por otro lado, los instrumentos digitales vinculados al oro ofrecen mayor liquidez y diferenciales de precio más reducidos, lo que los hace convenientes para inversionistas interesados en movimientos de corto plazo.

Por su parte, Rich Jacoby, CEO de ‘GoldenCrest Metals’, advirtió que todas las modalidades conllevan riesgos; los futuros pueden generar pérdidas rápidas, las acciones mineras no siempre reflejan el precio real del metal y los fondos cotizados restan rentabilidad por sus comisiones. En ese orden de ideas, se recomienda definir claramente la estrategia y el horizonte de inversión antes de elegir.

¿Qué riesgos deben considerarse?

Para Unger, el oro es una materia prima volátil, cuyo rendimiento no supera de manera constante al de otros instrumentos financieros.

Más que un generador de ganancias, debe considerarse como una especie de seguro dentro del portafolio. Además, a este enfoque se suma el costo de oportunidad: el dinero invertido en oro no produce intereses ni dividendos, lo que lo diferencia de acciones o bonos.

Desde otra perspectiva, es importante decidir entre oro asignado, respaldado por piezas específicas en una bóveda, o no asignado, donde el inversor solo mantiene un derecho general.

Finalmente, el almacenamiento también representa un dilema. Cuando usted lo guarda en casa, evita pagos de custodia, pero incrementa riesgos de pérdida o robo. De esta forma, Unger recomienda limitar la exposición al oro entre un 1% y un 5% del portafolio, favoreciendo un equilibrio entre seguridad y diversificación.

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