El problema de Colombia es un presidente que lleva 57 ministros, cada vez menos preparados: Palacios

El gobierno de Gustavo Petro se ha caracterizado por una fuerte inestabilidad ministerial. En menos de tres años ya suma 57 ministros, con un promedio de 1,5 cambios al mes, lo que refleja una alta rotación en su equipo de gobierno.

Este fenómeno ha generado críticas de expertos y empresarios, quienes lo consideran un factor determinante en la baja eficacia de la gestión pública, los retrasos en proyectos y la dificultad para mantener continuidad técnica.

Aunque Petro prometió apertura ideológica, su gabinete ha estado atravesado por crisis internas, renuncias y tensiones políticas que han debilitado la estabilidad institucional. En este contexto, el aspirante a la presidencia, Daniel Palacios, pasó por los micrófonos de La Luciérnaga, para abordar ese tema.

Sobre los cambios ministeriales de Petro

En principio, Palacios destacó que en apenas tres años ya se han registrado 57 cambios en el gabinete. Según él, refiriéndose a Benedetti, no tenía sentido abordar solo la gestión de un funcionario, pues la raíz del problema no eran solo los ministros, sino el propio presidente.

De esta manera, afirmó que Gustavo Petro “es un presidente que lleva 57 ministros, cada uno menos preparado que el anterior” y que, “si está gobernando con los más malos, no puede tener los mejores resultados”. Palacios hizo énfasis en que el bajo desempeño de la administración no puede desligarse de las decisiones del mandatario al elegir a sus colaboradores.

Adicionalmente, añadió que, aunque se pueda señalar o hablar de la experiencia de Benedetti, en su criterio lo fundamental es que el servicio público debe contar con personas capacitadas y responsables para responder a las exigencias del país.

¿Cuál es la opinión de Palacios sobre Saade?

Durante una actividad en la que se simulaba que le tatuaban un rostro de Alfredo Saade, Daniel Palacios expresó que lo único positivo de ese gesto era recordarle lo que significa un mal funcionario y lo que no debe repetirse en el servicio público.

El candidato afirmó que tener esa imagen serviría como recordatorio constante de aquello que nunca debe ser un servidor del Estado. Agregó en tono irónico que si alguien quería tatuarle otra cosa, que fuera algo distinto y mejor, pero sin involucrar temas personales que pudieran generar problemas.

Finalmente, también mencionó a Saade como el autodenominado Pastor, con un matiz de burla hacia su figura. Palacios aprovechó la ocasión para insistir en que lo sucedido ejemplifica lo que se debe evitar en quienes ocupan cargos de responsabilidad pública, reforzando su crítica a la trayectoria y actuación de Alfredo Saade.