Chocolate de Dubái: ¿una revolución gastronómica o solo una moda pasajera?
Grandes minoristas han lanzado versiones propias para capitalizar la popularidad de este producto.

Male chef shows off his newly prepared Dubai chocolate / tolgart
En 2025, un producto inesperado ha captado la atención de consumidores y medios: el chocolate de Dubái. Esta barra nació en 2021 gracias a la creatividad de Sarah Hamouda, inspirada por sus antojos durante el embarazo.
La receta combina crema de pistacho, tahini y knafeh, un postre tradicional elaborado con masa filo desmenuzada, queso suave y almíbar, lo que le otorga un perfil de sabor único que fusiona tradición y vanguardia.
Originalmente lanzada bajo el nombre ‘Can’t get Knafeh of it’ y distribuida por la marca artesanal ‘Fix chocolates’, la barra ganó popularidad de forma orgánica.
No obstante, en los últimos meses su demanda se ha disparado, impulsada por redes sociales y la promoción de influencers. Grandes minoristas han lanzado versiones propias para capitalizar la tendencia, que ha llevado a que, en muchos casos, el producto se agote a pocas horas de llegar a los estantes.
De esta manera, lo que empezó como una creación casera se ha transformado en un fenómeno global que genera interés gastronómico, pero también debate comercial.
La importancia de las redes sociales y marketing
Las redes sociales han desempeñado un papel determinante en la meteórica popularidad de este chocolate, videos de influencers degustando la receta original han acumulado millones de reproducciones, despertando un interés masivo en distintos países.
Este efecto viral ha transformado lo que comenzó como un producto artesanal en un fenómeno comercial de alcance global. Grandes cadenas como M&S, Waitrose y Lidl han reaccionado rápidamente, incorporando versiones propias a sus catálogos.
En algunos casos, como en Waitrose, la demanda ha sido tan alta que se han establecido límites de compra para evitar el acaparamiento. Esta situación ilustra el poder del marketing digital para generar tendencias de consumo casi instantáneas, basadas en la curiosidad y el deseo de probar lo que “está en boca de todos”.
El caso del chocolate de Dubái abre un debate sobre el impacto de las modas virales, su sostenibilidad a largo plazo y cómo las redes sociales pueden alterar el panorama de la industria alimentaria en cuestión de semanas.
¿Moda pasajera o cambio en el consumo?
Por su parte, la profesora Sarah Montano, especialista en marketing minorista de la Universidad de Birmingham, destacó que el chocolate de Dubái ha generado un impacto económico positivo tanto para productores como para minoristas.
Sin embargo, advirtió que gran parte de las ventas podrían deberse únicamente al factor novedad, lo que plantea la incógnita de si se trata de un cambio duradero en la industria de la confitería o de otro “boom” pasajero impulsado por las redes sociales.
Este fenómeno surge en un contexto particular: un mundo que aún lidia con las secuelas de la pandemia y la crisis del costo de vida, donde los consumidores buscan pequeños placeres asequibles que ofrezcan una sensación de bienestar.
Finalmente, el chocolate de Dubái representa más que una simple moda gastronómica; abre la puerta a reflexionar sobre cómo se construyen las tendencias globales y qué tan sostenibles son una vez que la curiosidad inicial se disipa. El desafío será mantener el interés más allá del impulso viral y convertirlo en una opción habitual dentro del mercado.



