Recuperan predio en Córdoba que estuvo 17 años en manos de ganaderos tras ser destinado a víctimas
La Agencia Nacional de Tierras desocupó 700 hectáreas en La Apartada que un latifundista usaba ilegalmente, incumpliendo su fin reparador.

La ANT, a través su director, Juan Felipe Harman, descubrió que una finca restituida en La Apartada, Córdoba, estaba en manos de un ganadero.
Montería
Con operativos de la Policía, la Agencia Nacional de Tierras (ANT) recuperó el predio Isla Sola, en La Apartada, Córdoba, que durante 17 años fue explotado ilegalmente por un ganadero de la región, pese a estar destinado desde 2008 a reparar a víctimas del conflicto armado.
El terreno, entregado originalmente por paramilitares en el marco de Justicia y Paz, nunca llegó a manos de los sobrevivientes.
“Este predio fue aprovechado ilegalmente por un finquero que tenía unas 500 cabezas de ganado, sin pagar un peso al Estado ni tener contrato alguno”, denunció Juan Felipe Harman, director de la ANT, durante el operativo.
El funcionario criticó la “impunidad profunda” que permitió que, mientras las vallas oxidadas del Fondo de Reparación seguían en pie, las víctimas “envejecieran y murieran sin justicia”.
Hacen negocios con la tierras para reparación
El caso refleja un patrón regional: según Harman, “grandes latifundistas y políticos hicieron negocios con estas tierras durante más de 20 años”.
Las 700 hectáreas recuperadas pasarán ahora por filtros técnicos del Comité Municipal de Reforma Agraria para ser asignadas a organizaciones campesinas locales, en un intento por corregir décadas de despojo.
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La intervención marca un hito en la política de restitución de tierras en Córdoba, departamento donde persisten conflictos por la concentración de terrenos en pocas manos.
“Hoy las recuperamos para el pueblo campesino”, afirmó el director de la ANT, quien advirtió que seguirán acciones similares contra otros ocupantes ilegales de predios con fines reparadores.
La devolución de Isla Sola se enmarca en la reforma agraria del gobierno actual, que prioriza tierras para víctimas y pequeños productores. Sin embargo, el reto sigue siendo garantizar su protección, ya que muchos de los predios restituidos en Colombia enfrentan nuevas invasiones o presiones de grupos armados.




