Padres de familia de San Antero cierran colegio Tomás Santos: exigen reparación de infraestructura
Cerca de 1.000 estudiantes llevan ocho días sin clases debido al deterioro de aulas, techos y baños. Denuncian mal uso de $300 millones invertidos en 2023 y acusan abandono de las autoridades.

Manifestación de estudiantes del colegio Tomás Santos en San Antero, Córdoba.
Montería
Desde hace ocho días, las aulas de la Institución Educativa Tomás Santos, en el municipio de San Antero (Córdoba), permanecen vacías.
Los padres de familia, en protesta por el abandono de la infraestructura, decidieron no enviar a sus hijos al plantel, cuyas sedes presentan grietas, techos colapsados y baños inservibles. La medida se extendió a las cuatro sedes del colegio, afectando a cerca de 1.000 estudiantes.
“Esta lucha no es solo de este año. Llevamos varios años con la misma situación: abandono en infraestructura y maltrato a estudiantes y profesores”, denunció Alberto López, padre de familia. Según los testimonios, problemas como la falta de agua potable y energía eléctrica son recurrentes. “El agua llega cada ocho días en carrotanques”, agregó López.
En 2023, la Gobernación de Córdoba invirtió $300 millones en la adecuación de aulas, pero los trabajos fueron insuficientes.
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Roger Banda, docente de la institución, explicó que los recursos se destinaron a reparaciones superficiales: “El problema era la cubierta, pero solo se hizo un ‘remiendo’. El ingeniero que envió el municipio confirmó que las fallas persisten”. Las aulas intervenidas ya están deterioradas, lo que evidencia, según los afectados, mala gestión de los fondos.
Cuestionan a la Rectoría
La crisis escaló hasta cuestionar el liderazgo de la rectora. Ronal Garcés, otro padre de familia, aseguró: “La problemática se hizo grande por su falta de gestión. Los profesores están limitados, y ya no aguantamos más”. La comunidad exige su salida y soluciones inmediatas.
Infraestructura educativa deteriorada
Alex Ávila, presidente de la Directiva Municipal de Ademacor en San Antero, confirmó que el 60% de la infraestructura educativa del municipio está en mal estado. “No hay baños dignos, el agua es escasa, y hay aulas con láminas a punto de colapsar. Las autoridades lo saben, pero no actúan”, señaló. Pese a que el colegio Tomás Santos tiene solo 10 años de construido, su deterioro es acelerado.
Los padres se mantienen firmes: no reabrirán las puertas hasta que se asignen recursos para una intervención integral. Mientras tanto, los estudiantes pierden días de clase en un limbo que, advierten, refleja el abandono histórico de la educación rural en Córdoba.




