“El Catatumbo, una de las crisis más grandes que ha vivido Colombia”: secretario de víctimas
Ya van 78 mil desplazados y muchas víctimas aún no han sido registradas.

Fabio Rodríguez Mayorga, secretario de víctimas Norte de Santander. / Foto: Gobernación.
Norte de Santander.
Han pasado seis meses desde que se agudizó la crisis en el Catatumbo, pero la emergencia sigue intacta.
La violencia no ha dado tregua, el desplazamiento forzado continúa, y cada semana nuevas familias abandonan sus casas sin saber si volverán.
Según Fabio Rodríguez Mayorga, secretario de Víctimas de Norte de Santander, ya son más de 78 mil personas las afectadas. “Esta es una de las crisis más grandes que ha vivido Colombia”, aseguró.
Desde que comenzó esta oleada de violencia, la Gobernación del departamento, junto a otras entidades, ha intentado responder.
Equipos de la Secretaría de Víctimas han llegado a Tibú, Convención, Hacarí, San Calixto, El Carmen y a comunidades indígenas como los Motilón Barí, para entregar ayudas y brindar acompañamiento.
“Estamos en territorio, llevando orientación, atención psicosocial y ayuda humanitaria, pero esto no ha parado”, explicó Rodríguez.
En los primeros meses, el gobierno departamental logró movilizar más de 130 toneladas de alimentos hacia las zonas afectadas, muchas de ellas gestionadas junto al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y con el apoyo de la cooperación internacional. La Unidad para las Víctimas también ha jugado un papel clave, entregando apoyos económicos a corto plazo, aunque no todos los afectados han podido acceder.
“La situación es tan crítica que muchas personas ni siquiera han podido declarar su desplazamiento, y por lo tanto no están registradas como víctimas”, advirtió el secretario. Esa exclusión les impide acceder a las ayudas y mantiene a muchas familias completamente desprotegidas.
Además, tras la caída de los decretos de conmoción interior, las entidades territoriales han tenido que seguir adelante sin herramientas excepcionales. La atención continúa, pero no es suficiente.
“Hay una coordinación entre el departamento, el gobierno nacional y la cooperación, pero esta emergencia supera cualquier planificación”, agregó.
En medio de todo, lo único claro es que la crisis del Catatumbo no ha terminado. Sigue activa, extendida y profunda. Y mientras no se detenga el conflicto, el desplazamiento seguirá marcando la vida de miles de familias en esta región.



