Medellín

La edad es solo un número: Hernán Octavio Moreno se graduó como ingeniero matemático a sus 77 años  

Motivado por un sueño pendiente y su pasión por el conocimiento, Hernán retomó los estudios y demostró que nunca es tarde para empezar.

Hernán Octavio Moreno Mora en la ceremonia de graduación de la Universidad EAFIT. Foto: EAFIT.

Hernán Octavio Moreno Mora en la ceremonia de graduación de la Universidad EAFIT. Foto: EAFIT.

Medellín, Antioquia

Con 77 años, Hernán Octavio Moreno Mora se graduó como ingeniero matemático en la Universidad EAFIT de Medellín. Su historia comenzó en medio de la pandemia, cuando decidió postularse a la carrera motivado por una inquietud que llevaba décadas guardada: terminar lo que había empezado en su juventud.

Hernán inició sus estudios universitarios en la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, en la carrera de Ingeniería Geológica. Sin embargo, al descubrir su fascinación por la programación y los computadores luego de haber cursado una electiva de programación de fortran, su vida profesional giró hacia el mundo de los sistemas, dejando la geología, al no finalizar los estudios universitarios. “No me he tomado un tinto con la geología”, comentó con humor.

Después de terminar la vida laboral, pensó que había llegado el momento de descansar, pero expresó que la tranquilidad le duró alrededor de 5años. Así mismo, agregó que la necesidad de mantenerse activo y el deseo de cerrar un ciclo inconcluso lo llevaron a EAFIT, donde, años atrás fue profesor de lenguajes de programación y esto le despertó las ganas de volver, pero esta vez como estudiante.

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Sus compañeros, al conocerlo en la presencialidad a partir del tercer semestre, lo integraron como uno más del grupo mencionó Carlos Cadavid Moreno, profesor de la Escuela de Ciencias Aplicadas e ingeniería. Tanto los profesores, como los estudiantes le decían “Don Hernán”, pero su energía superaba la de muchos.

Valeria Cardona Velásquez, estudiante del pregrado en Ingeniería Matemática expresó “Él subía todos los días las escaleras hasta el quinto piso a pie, y todos usábamos el ascensor. Hernán corría como unas cuantas veces a la semana y uno solo se levantaba y unía a la universidad. Entonces como que eso a todos nos sorprendía mucho”.

Uno de sus gestos más recordados fue regalar camisetas a sus compañeros con la frase “somos positivos” y un símbolo matemático. Quienes expresaron que se convirtió en una especie de cábala para los exámenes difíciles. “Nos las poníamos sin ponernos de acuerdo, y vernos todos con la camiseta era una sorpresa”, contaron sus compañeros.

Por otro lado, Hernán es padre de tres hijos, y expresó que ellos han sido quienes lo han apoyado en todo momento “Han sido un pilar que me ha sostenido para poder obtener el grado”.

En su discurso de grado, dejó un mensaje profundo: “Sean valientes, sean curiosos, sean humildes. Y si alguna vez sienten que es tarde para algo, piensen en este viejo, casi geólogo, que decidió volver a empezar con la mente y el corazón abiertos, gracias por acompañarme en este momento tan significativo y gracias sobre todo por recordarme que el tiempo es una variable más en la hermosa ecuación de la vida”.

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